¿Cómo hace un formador de formadores para lograr aprendizaje significativo en los docentes que acompaña? ¿Cómo generar el vínculo con el/la docente empoderándolo en su rol de pedagogo? A partir de estas preguntas les compartiré la experiencia en sede Duoc UC Plaza Oeste acontecida este 2014.
Una de las estrategias colaborativas que aplicamos fue la de invitar a docentes de las escuelas y programas transversales a participar en las microenseñanzas para formar comunidades de aprendizajes.
La microenseñanza se diseñó para invitar a la reflexión y exploración constante de las prácticas efectivas en el aula. Además, permitió explorar aquellas estrategias y/o estilos propios de cada docente/profesional, que fueron analizadas y compartidas en los conversatorios, lo que permitió fortalecer la práctica y los equipos de trabajo.
Este trabajo combinó la participación y colaboración de los docentes y especialistas en un mismo nivel, con un propósito en común: el de compartir sus maestrías, sus cátedras, sus prácticas, hasta sus secretos profesionales, fue una experiencia gratificante ya que logramos dar un punto de partida a una nueva forma de relación con los docentes. También, se evidenció un impacto positivo en el proceso formativo de los estudiantes y como Unidad de Apoyo Pedagógico (UAP) fuimos uno más en este proceso, dejando atrás la idea que la UAP es un inspector-fiscalizador.
Más aún, vimos las ganas y la buena onda de participar, de compartir y ser parte de esta nueva comunidad de aprendizaje, se logró evidenciar que estos especialistas que no son pedagogos de profesión, tienen una clave única en su experiencia, que la pasaron mal en el aula, que les costó aprender a enseñar, que sus estudiantes no confiaron en ellos en un principio, pero luego al entender el fin último de ser docente, lo lograron y se encontraron situados en la más majestuosa profesión de la vida, la del profesor.
Por lo anterior, se destacan ciertas claves estratégicas, primero que estos docentes-especialistas desarrollaron habilidades de comunicación efectivas, tales como la escucha empática, el diálogo fluido, el demostrar real interés por sus estudiantes y la relación que con ellos establece.
Y aquí permítanme comentar que en educación no debe haber supuestos, es decir, especular sobre el nivel de conocimiento de nuestros estudiantes es un gran error, y ahí viene la otra clave: el actuar con humildad, educar y/o enseñar es un proceso tan fino y delicado que si se hace con humildad y perseverancia se logra inventar la rueda cientos de veces. La arrogancia y el sarcasmo no calzan en este proceso, son el lado oscuro de la educación, al contrario, la humildad en ese acto de entregarte, como decía el Padre Hurtado “dar siempre, dar hasta que se te caigan los brazos” hace que estos docentes logren aprendizajes excepcionales, que perduran y traspasen las aulas al mundo del trabajo.
Entendida las claves comunicacionales y la entrega humilde, pasemos a lo estructural, al método, a la didáctica donde el docente estimula los intelectos de estos jóvenes, atrayendo sus mentes a un proceso real de enseñanza, que sean constantes y sistemáticos en esta tarea, que no solo sepan que son expertos en la materia que enseñan, no ser un fanfarrón, sino que sepan transferir esa expertise, ese conocimiento al estudiante mediante la contextualización y ejemplificación de términos técnicos que sean útiles y funcionales para que así el estudiante los transforme, incorpore y pueda así compartir su propia experiencia, la que tengan por más mínima que esta sea, como dijo Einstein “el genio se hace con un 1% de talento y un 99% de trabajo”.
Por otro lado, que el docente sea autocrítico, preparado, que organice y diseñe sus clases con el fin de que se note planificada y preparada, que la improvisación y la intuición sirvan de apoyo en el ingenio para resolver aquellas situaciones sorpresas del aula, pero no de la clase completa y, por favor, no olvidar que, si no hay pasión o amor en lo que hace como educador, vuelva a su labor de origen.
Finalmente, cumplir y cumplir, con el compromiso pactado como docente, hacer sus clases, asistir, llegar a la hora, entregar retroalimentación en el resultado de las evaluaciones… ¡las notas! cargarlas en el sistema como dice, a una semana de que esta ocurra, si es riguroso en esto que le llamamos tareas administrativas, con seguridad que el estudiante lo agradecerá…
Todo esto debe ser un proceso integral e integrador y progresivo, si se toman estos elementos descubiertos en estas micro-enseñanzas y se apropian, no harán daño, al contrario darán salud y felicidad permitiendo conocer el fin último de la educación: ser feliz…aseguro que los chicos y chicas lo reconocerán y se logrará que ellos piensen, actúen y se sientan diferente.
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