¿Tiene sentido el aporte de las empresas como instancia de Formación de Estudiantes?
Mucho se habla de la importancia de una verdadera articulación entre la EMTP (Enseñanza Media Técnico Profesional) y la ESTP (Educación Superior Técnico Profesional). Sin embargo, no se conoce mucho dónde el Mineduc quiere poner intencionalmente el foco en cuanto a concebir una articulación completa y efectiva. Cuesta visualizar ciertas modificaciones, desde mi punto de vista, ya que ni siquiera tenemos acceso a los programas que el Ministerio propondrá para organizar el curriculum y apuntar así a ordenar un área que no ha avanzado, a nivel país, con la celeridad requerida en función de una verdadera articulación.
Sabemos que lo anterior es sólo una parte de la llamada “Articulación” (curricular), la otra tiene que ver con articular también con los distintos Sectores Productivos que hoy reciben a nuestros jóvenes y que se constituyen como la instancia de continuidad de nuestros procesos formativos. La empresa hoy debe asumir que el recibir a nuestros alumnos significa también participar de este proceso; pues es aquí en donde los jóvenes deben evidenciar una Formación Integral destacada que les permita asegurar el desarrollo de sus competencias técnicas y a partir de ello mirar la continuidad de sus estudios.
La integración de estos jóvenes a cualquier sistema productivo amerita una dedicación previa aún más intensa en el área de la Formación Personal. Según lo anterior parece ser que las competencias técnicas pasan a un segundo plano cuando sabemos que hoy las empresas buscan buenas personas con habilidades genéricas muy desarrolladas, que adquieran compromisos distintos con sus grupos de trabajo asumiendo, en la mayoría de los casos, por primera vez la responsabilidad de la jornada laboral y todo lo que ello involucra. No son menos las empresas que valoran más la formación integral por sobre la Formación técnica.
Desde este punto de vista la información recibida desde la empresa debe orientar la modificación de nuestros programas acercando todo un modelo teórico a los requerimientos reales en los distintos sectores productivos.
Nuestra experiencia nos demuestra la seriedad con que las empresas colaboradoras se preocupan de las condiciones con las que van a recibir a nuestras alumnos (a partir de su práctica profesional). Seguramente porque encuentran en ellos el potencial que necesitan para crecer y la responsabilidad de continuar con el proceso de formación se hace cada vez más evidente en esta instancia. Muchas de las empresas han optado por capacitar técnicamente a su personal con el propósito de guiar a los jóvenes en esta etapa y encauzar, de esta manera, la búsqueda de personas íntegras a sus filas. Esta relación, después de la práctica, muchas veces genera el primer contrato laboral de nuestros exalumnos. Es decir, la formación integral pasa a ser decisiva de proporcionar a nuestros estudiantes, dado que aumenta su empleabilidad.
Es importante también tener en cuenta un pequeño gran detalle en la mirada del alumno respecto de su formación pues ya no se visualiza la EMTP como una enseñanza terminal. Hoy muchos de los alumnos declaran tener la intención de seguir con sus estudios y proyectan su futuro inmediato en un ambiente laboral favorable en paralelo con la continuidad de su Formación Académica.
Desde esta perspectiva estamos seguros de que el perfil de alumnos que hoy tenemos es muy distinto a los que inicialmente se plantean en este tipo de educación. La necesidad de personas integrales esta por sobre la necesidad de buenos técnicos. Es el catastro evidente de la Empresa y del Liceo, por lo que más evidente se hace aún, el relacionarnos de una manera distinta.
¿No será este gran detalle el verdadero problema de la Educación en Chile?
En el Informe 143 (LyD) del año 2013:
Diagnóstico de la Educación Media Técnico-Profesional: Estado de Situación y Agenda Futura (Informe 143 (LyD) del año 2013)
Alejandro Weinstein V. menciona:
“Es importante considerar que la ETP a nivel secundario está llamada a entregar una formación integral, que permita a los jóvenes no solo insertarse al mercado laboral, sino también formarse como personas y como ciudadanos y contar con las herramientas necesarias para proseguir estudios superiores. Estamos frente a una opción educativa con desafíos de gran envergadura en sus fines y con dificultades estructurales que se evidencian en el 91% de la matrícula procedente de los dos primeros quintiles de ingresos.
Las condiciones de aguda vulnerabilidad social están estrechamente correlacionadas con los bajos rendimientos escolares, reflejados en que el promedio nacional SIMCE de 2° medio de la EMTP de 2012, 2010, 2008 y 2006 es 25 puntos inferior al que obtienen los jóvenes que ingresan a la Enseñanza Media Científico Humanista (EMCH).”
Entonces el desafío es doble apuntando a que se deben intensificar la acciones, tanto de los establecimientos de EMTP como de las empresas. Los jóvenes deben encontrarle sentido a la Formación integral, teniendo claro que los apoyos están (Liceo y Empresa), y que en coordinación constituyen la base para alcanzar una mejor calidad de vida y de paso provocar la movilidad social deseada.
En cuanto al Consejo Empresarial, es entonces la instancia formal a través de la cual se coordina el Liceo y la Empresa en el desarrollo de acciones que apuntan a insertar al alumno en un ambiente laboral favorable considerando su formación integral, y teniendo en cuenta que cada vez son más los que pretenden seguir su formación académica y personal en paralelo a su vida laboral. Desde esta perspectiva el considerar a la empresa como un actor importante en el proceso de Formación de alumnos es un desafío que no tiene efectos negativos sino por el contrario: definitivamente aporta al desarrollo del país y fortalece la ETP.
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