Hace algunos años, en una reunión familiar, participé en una conversación cuyo eje lo constituyó Duoc UC. Si bien, lo que motivó el diálogo fue mi traslado a la sede Puente Alto, la conversación derivó en un interrogatorio sobre la institución. A las preguntas usuales –del estilo ¿qué es Duoc UC?, ¿cuántos alumnos tienen?, ¿cuáles son las diferencias con las competencias?, etc. – le sucedieron respuestas tipo o de manual. Sin embargo, hubo una pregunta que me sorprendió, cuyo tenor era el siguiente: ¿Por qué Duoc UC hace lo que hace?
Lo interesante de esta última pregunta, y que la diferencia de las anteriores es que exige una respuesta que excede de lo exclusivamente racional. Las primeras pueden contestarse fácilmente recurriendo a cifras y explicaciones históricas o de realidad. Por su parte, consultar el porqué de una empresa humana (entendiendo empresa como un acometimiento colectivo o individual), es ir más allá de lo meramente racional (misión o visión) y entrar en aspectos más emocionales (intenciones, motivaciones y el querer interno).
En este sentido, la pregunta ¿por qué Duoc UC hace lo que hace?, desentraña cuál o cuáles son los motivos que llevaron a formar, hace ya casi cincuenta años, lo que otrora fuese el Departamento Universitario Obrero Campesino. El realizar, de manera constante y colectiva, el ejercicio de responder a dicha pregunta nos permitirá entender qué une las historias tan diversas de una misma institución y nos permitirá reencontrar y reestablecer nuestro propósito unificador que cohesiona el trabajo de todos, por sobre las visiones y objetivos individuales que cada colaborador o cada área posea.
“Ayudamos a construir sueños”. Esta pequeña frase, creo, puede servir para resumir, la motivación, propósito o el porqué de nuestra institución. Expresiones como “la educación que privilegia lo práctico por sobre lo especulativo” o “el formar personas que apoyen el desarrollo del país” son consecuencias de este propósito o motivación. Existen tantos sueños y esperanzas futuras como alumnos (y familias) han pasados por nuestras sedes. Pensemos en el caso de la alumna Javiera Hernández— actualmente estudia Técnico en Calidad y Seguridad Agroalimentaria en Valparaíso-, quien quizás tiene el sueño de trabajar en alguna empresa conocida del rubro y poder generar recursos suficientes para montar un pequeño negocio familiar. Muy diverso del sueño que alguna vez pudo tener Claudia Castillo, titulada de Comunicadora Audiovisual en la sede San Carlos de Apoquindo, cuyo sueño, quizás era ingresar al rubro de las comunicaciones para luego dirigir algún programa exitoso. Cada uno de ellos responde a las historias y realidades individuales, siendo, por tanto, implícitos a su naturaleza de seres humanos dignos.
El que nuestro propósito sea el ayudar a construir sueños, posee varios alcances, los que, resultan obvios. En primer lugar, el sueño del alumno no es la obtención del título. La aspiración de un estudiante no es ser “Técnico en Sonido”. Los alumnos concurren a Duoc UC con la finalidad de adquirir las herramientas que lo ayudarán a constituirse en una persona y en un profesional, lo que, el día de mañana, les permitirán fundar su sueño. Exige, por tanto, entender que la labor formativa del estudiante no se refiere solo a los conocimientos y competencias que se entregan en aula y que son propios de una disciplina, sino que se extiende a todos los instantes en que un alumno actúa en Duoc UC. Si pudiésemos vincular lo anterior con el estudio del servicio al cliente, cada interacción con un alumno es un “momento de la verdad” en su proceso formativo.
En segundo lugar, el propósito indicado nos entrega la idea de proyección en el tiempo de nuestra labor. Los efectos (o defectos) en cada momento de la verdad no se agotan al en la entrega del respectivo título, si no que sus resultados se proyectan hacia el futuro.
Por último, y como corolario de lo anterior, tal propósito nos transforma en depositarios de la confianza de nuestros alumnos y sus familias, es decir, este por qué trae aparejada la responsabilidad máxima en el desarrollo de nuestra labor. El propósito de aportar en la consecución de la esperanza de miles de familia coloca sobre nuestros hombros una tarea que en su planeación, ejecución y concreción debe resultar impecable.
El ser impecables en lo que hacemos (o lograr la “Impecabilidad”) debe constituirse en un sello propio de Duoc UC. La impecabilidad como estado debe construirse aspirando a la calidad en todo nuestro quehacer (proceso educativo y administrativo, infraestructura y equipamiento), asumiendo la responsabilidad por nuestra labor y rol. Entender que la consecución del propósito se obtiene a través del compromiso y la colaboración de todos, en un ambiente de respeto por el otro (funcionario, docente y alumno). Por último, entendiendo que, a pesar de ser líderes, debemos estar en constante evolución.
Espero poder desarrollar este concepto en una nueva oportunidad, pero los invito a todos a realizar el ejercicio de ir redescubriendo el porqué de Duoc UC.
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