Como es tradicional en la sede de Viña del Mar de Duoc UC, en el periodo inter-semestre de cada año, la agenda de actividades programadas para ese periodo está siempre muy copada. Y este año no fue la excepción, tanto para docentes como para colaboradores es una gran oportunidad de participar, discutir, reflexionar y aportar con ideas y entusiasmo.
Aunque la tradicional JED está pensada como una instancia de estudio, actualización y análisis para los docentes de la sede y organizada prolijamente por la Subdirección Académica, la UAP y el Centro de investigación y apoyo al estudiante CIAE, siempre hay colaboradores que participan, por tratarse de una evento de gran factura y variada información, relevante para contar con los insumos necesarios para la mejor comprensión de la compleja tarea en la “formación de personas” de la cual gustosamente nos hacemos cargo.
Lo anterior cobra mayor interés en nuestra sede, toda vez que hemos declarado para este año como intención de logro un eslogan tan osado y desafiante como es “el alumno en el centro de nuestro que hacer”, lo que me parece concuerda perfectamente con la línea editorial de esta interesante jornada dedicada este año a la Formación desde las emociones y cuyo eslogan fue “más corazón, mayor formación”.
Evidentemente para formar a nuestros alumnos, requerimos comprender mejor el complejo mundo de las emociones y las conductas que de ellas se derivan, dejando los espacios propicios para generar vínculos y relaciones de cercanía que enriquecen la construcción de las competencias y los aprendizajes.
La jornada estuvo marcada por las exposiciones de dos grandes referentes de la educación emocional, como son Lucrecia Prat y Juan Casassus. Por una parte, Lucrecia Prat, neuropsicoeducadora Argentina, experta en neurociencias, de gran reconocimiento y trayectoria internacional, nos mostró de una forma muy entretenida y amena cómo se relaciona el conocimiento de las neurociencias con las emociones y el aprendizaje. Cómo descifrar el puente que conecta el cerebro cognitivo con el cerebro emocional para cambiar y aprender. Cómo el clima del aula se puede moldear para lograr actitudes positivas y cómo pequeños cambios en la relación y en los afectos provocan grandes respuestas y nuevas conductas.
Por otra parte Juan Casassus, educador, filósofo y sociólogo chileno, autor de varios libros en Chile y Latinoamérica, nos demostró, de una forma muy hábil, su tremenda sabiduría y con gran ingenio logró simplificar temáticas complejas y diversas de abordar para establecer con bases científicas y evidencias rotundas la importancia de “la educación del ser emocional” y poner en perspectiva que la construcción de la educación pasa necesariamente porque la relación del profesor con el alumno sea un eje donde las emociones son el reflejo de las conexiones que permiten representar las múltiples necesidades de los aprendizajes. Y que estas no son las únicas, pues los alumnos necesitan también ser reconocidos en su legitimidad, ser escuchados, ser respetados y pertenecer a la comunidad.
Me parece que se trató de una jornada muy enriquecedora, que mostró en todo su esplendor la importancia de contar con docentes alineados, motivados e inspirados, con líderes decididos a llevar a los estudiantes a conquistar grandes y nuevos desafíos.
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