La idea de un proyecto comenzó en clases, en la asignatura Mentalidad Emprendedora, entre estudiantes de Ingeniería agrícola y su docente, Paulina Navarro. Estas inquietudes llegaron hasta mí, buscando asesoría técnica que sustentara su hipótesis.
Desde estos encuentros surgió una serie de interrogantes y como empecé a investigar sobre patógenos transmitidos con herramientas de poda. A partir de esta indagación identifiqué la oportunidad de investigar una importante problemática en cerezos, actualmente principal especie frutal de nuestro país, relacionada con las pérdidas de producción debido a hongos de la madera. Las pérdidas causadas por estos hongos se relacionan con aumento de costos de producción y pérdidas de rendimiento entre el 8 al 70%.
Actualmente, su solución es preventiva, utilizando fungicidas como pastas de poda o tratamientos preventivos como eliminación de ramillas afectadas y desinfección de herramientas de poda.
El objetivo del proyecto fue evaluar la efectividad in vitro de diferentes bioantagonistas en el control de estos hongos de la madera asociados a los cerezos. Se busca identificar bioantagonistas capaces de inhibir el crecimiento de los patógenos, comenzando en condiciones de laboratorio para luego estudiarlos in vivo y finalmente en condiciones reales de campo.
El proyecto se basa en la premisa de que el control biológico al ser una estrategia sostenible puede complementar a los actuales controles culturales y químicos; disminuyendo la incidencia y gravedad de los efectos de los hongos de la madera; impactando en el menor uso de agroquímicos, menor desarrollo de resistencia por parte de los patógenos y reduciendo el impacto ambiental.
Se realizaron pruebas con distintos bioantagonistas y se espera que los resultados de esta investigación proporcionen información valiosa para mejorar las prácticas de manejo y disminuir las pérdidas de producción en huertos de cerezos, contribuyendo a la sostenibilidad y rentabilidad agrícola.
El equipo de trabajo estuvo conformado en primera instancia por dos alumnos de la carrera de Ingeniería Agrícola de la sede San Bernardo: Felipe Salazar y Manuel Hernández, quienes fueron parte de las primeras ideas respecto al control de cáncer bacteriano a partir de la desinfección de herramientas de poda. Y las docentes del Programa de Innovación y Emprendimiento, Claudia Umanzor, periodista y Claudia Carreras, ingeniero agrónomo. Posteriormente se sumaron Catalina Valdivia, Valentina Briones y Vanessa Cruz; completando el equipo.
Nuestra forma de trabajo se ha centrado en la colaboración de todos los integrantes desde su mirada y su experiencia. La organización del trabajo ha sido semanal, ya que el equipo se reúne dos días a la semana y se dividen las tareas e indagaciones científicas; fomentando la participación de todos los integrantes en las distintas actividades, ya sean de laboratorio, terreno o difusión.
La metodología utilizada se basa en el método científico y tiene un enfoque experimental. La primera fase es la recopilación de información, resultados y metodologías que pueden ser utilizadas y/o adaptadas a nuestros objetivos de trabajo. Posteriormente pasamos al trabajo de laboratorio, comenzando con la identificación de biocontroladores en ensayos in vitro, para la selección y caracterización de los más eficientes; según los resultados de cada prueba el biocontrolador pasa o no a la siguiente fase. La tercera etapa son las pruebas in vivo, las que realizamospara evaluar la actividad biocontroladora de los distintos microorganismos seleccionados, en consorcios o de manera individual. La cuarta etapa será las pruebas de campo, en condiciones reales.
Entre cada etapa y frente a resultados adversos, se reevalúa la información de la primera fase, buscando mejorar las metodologías utilizadas según las observaciones que van surgiendo en el avance del proyecto y se discuten los diferentes caminos que se pueden seguir.
Cada fase ha sido planificada y documentada a través de nuestra bitácora de laboratorio y fotografías, lo que nos ayuda a mantener el orden y la trazabilidad de los resultados obtenidos. Todo esto nos ha llevado a realizar un trabajo metódico y a la vez dinámico, frente a diversos obstáculos que hemos enfrentado en el camino. También hemos contado con la asesoría de profesionales de otras instituciones, como la Universidad de Chile que nos han apoyado en la metodología. La interacción con otros pares ha sido fundamental para nuestro avance, así como el apoyo del equipo de la Dirección de investigación aplicada.
Respecto al proyecto, nuestras alumnas Valentina Briones Caamaño y Catalina Valdivia, nos expresaron sus opiniones. Valentina Briones Caamaño nos señaló: “Mi participación en el proyecto de investigación fue una experiencia que aportó significativamente en mi formación, pues pude profundizar en los conocimientos de fitopatología porque trabajamos con hongos, recolectamos información, sacar conclusiones y ver las diferencias en el desarrollo de cada uno. También trabajamos en equipo lo cual aprendí a coordinar tareas, compartir ideas y desarrollar una mayor afinidad entre el grupo. En este proyecto pude realizar labores en laboratorio que no había realizado durante la carrera las cuales me interesan mucho seguir desarrollando y continuar en proyectos que tengan relación a este”. Y Catalina Valdivia nos dijo:”Fue gratificante participar por el aprendizaje de cosas nuevas como algunos tipos de hongos que no conocía, además gracias al trabajo realizado durante todo el año pudimos experimentar y retroalimentarlo por la profesora Claudia, ya que el proyecto tenía circunstancias que eran ensayo y error, de modo que logramos avanzar sabiendo que tipo de bacteria nos ayudaría contra el ataque de hongos de la madera, Cabe recalcar que el trabajo ejecutado era semanal, donde debíamos vigilar el cambio e inhibición de la bacteria”.
Asimismo, el investigador líder nos expresó: Liderar este proyecto ha sido una gran experiencia, he podido aplicar mis conocimientos del área de fitopatología y conocer y trabajar con estudiantes, en que cada integrante del equipo ha sido clave para el desarrollo del proyecto. Su participación no solo enriquece su experiencia educativa; sino que, además, ayuda a forjar y fortalecer lazos con la comunidad que es Duoc UC, conectarse de manera más estrecha con los docentes, la Dirección de investigación aplicada e innovación y la industria.
Trabajar con Claudia Umanzor, ha sido esencial en nuestro proyecto. Desde su mirada periodística, ha aportado en la búsqueda objetiva de información y una clara transmisión de esta.
Este proyecto es especial para mí, me ha permitido desarrollarme en el área de investigación, que es mi pasión, dentro de Duoc UC. Mezclar el área académica, investigación y vinculación con la industria; brindando nuevos conocimientos, perspectivas y herramientas que han favorecido mi crecimiento profesional, abriendo nuevas oportunidades. También he podido generar nuevos vínculos con otros docentes de distintas áreas, así como con otras áreas de Duoc UC.
El desarrollo de la investigación aplicada, innovación y transferencia tecnológica es crucial para una educación integral dentro de la Educación Superior Técnico Profesional, ya que les permite a los alumnos y alumnas afianzar y ampliar sus conocimientos, desarrollar el análisis crítico, resolución de problemas, búsqueda de información confiable, creatividad y el trabajo en equipo.
Es importante que los alumnos y alumnas se enfrenten a problemas reales y sean partícipes del desarrollo de la solución, considerando diferentes factores desde el presupuesto, tiempo, conocimientos, entre otros. En la investigación aplicada, el diálogo entre teoría y práctica cobra relevancia, en este sentido, cuenta el conocimiento y la creatividad y la manera de vincular distintas áreas.
JUan Carrasco
Interesantimo!!!, un aporte desde DUOC a la comunidad.