La práctica profesional es el hito final de todas las carreras de Duoc UC. En ella, las y los estudiantes deben poner en práctica, de forma integrada, situada y en situaciones de mediana y alta complejidad, lo que han aprendido durante su trayectoria formativa y las competencias del Perfil de Egreso que han desarrollado. Desde una perspectiva de desarrollo de carrera, es además el principal espacio curricular para que las Escuelas aseguren una empleabilidad inicial exitosa y pertinente de sus egresados[1].
Esto presenta varios desafíos, tanto a practicantes como a equipos académicos. Por una parte, la práctica profesional es probablemente la primera ocasión en la trayectoria formativa donde será requerida esta integración situada y compleja de competencias. Antes las y los estudiantes desarrollan actividades prácticas, en espacios reales y simulados, pero de forma controlada y focalizada sobre un conjunto específico de destrezas y no sobre el despliegue del perfil de egreso en su conjunto. Adicionalmente, se debe desarrollar en entornos externos, con factores situacionales diversos y cambiantes que no son posibles de prever ni controlar, ya que dependen de una organización independiente y de las necesidades que esta deba abordar con las y los practicantes en un periodo específico.
Además, debemos considerar que, como hito final, esta práctica se transforma en la última instancia donde las y los estudiantes podrán recibir retroalimentación sobre su desempeño laboral y profesional, y trabajar sobre sus oportunidades de mejora, antes de insertarse de lleno en el mundo del trabajo.
Dado este escenario, ¿Cómo puede una institución de educación superior asegurar el protagonismo formativo de esta instancia y su utilidad efectiva para constatar (y apoyar si es necesario) el logro de las competencias del perfil de egreso de sus estudiantes antes de su ingreso al mundo laboral?
Desde mediados de 2022, la Dirección de Desarrollo de Programas ha trabajado para abordar este desafío a través del desarrollo instruccional de la Maleta Didáctica de la Práctica Profesional, a través de la conformación de una comisión técnica, en la que participan las Subdirecciones de Diseño Instruccional y de Evaluación de Resultados de Aprendizaje, y las Unidades encargadas de la implementación de prácticas de la Dirección de Integración y Cooperación Institucional, así como de la ex Dirección de Docencia. Como primera tarea, la Comisión realizó un levantamiento de la documentación vinculada al proceso de prácticas, las herramientas disponibles y los estudios pertinentes realizados por la institución.
En este proceso se detectó que tanto la práctica profesional como la laboral se desarrolla mediante un instructivo, que se focaliza en la gestión y describe los procedimientos centrales de forma genérica y no situada en las necesidades de cada carrera. Esto también se observa en los instrumentos de evaluación que acompañan el proceso, que se centran en los desempeños vinculados al antiguo marco transversal de competencias de empleabilidad, resultando necesaria su vinculación a las competencias establecidas en los perfiles de egreso.
Junto con eso, se pudo observar que, en general, el acompañamiento a las y los estudiantes durante la obtención, el desarrollo y la finalización de su práctica es acotado, cuestión que observan los propios estudiantes. Así, de acuerdo con un estudio realizado por la Dirección de Gobierno de Datos y Análisis Institucional[2], 5 de cada 10 estudiantes encuestados manifestaron no haber recibido apoyo, acompañamiento ni retroalimentación de su proceso de práctica, y sólo un 36,1% mencionó que su docente supervisor lo visitó o se contactó con su Centro de Práctica. Cabe indicar que los estudiantes también plantean observaciones a la gestión del proceso como, por ejemplo, la necesidad de incrementar los convenios de colaboración con empresas ya que sólo un 5,2% declara haber obtenido su práctica por esta vía, mientras que un 74,5% señala que fue él mismo el responsable de gestionarla, lo que refuerza el propósito de definir un proceso de asignación de centros de práctica que cumpla con estándares de calidad previamente establecidos.
Otro elemento importante de considerar se refiere a que si bien las y los docentes, que realizan la supervisión de práctica cuentan con herramientas de gestión, no necesariamente han recibido orientaciones pedagógicas sobre cómo trabajar con sus practicantes, acompañarlos en el análisis, en la resolución de problemas y en la reflexión sobre su desempeño. Dentro de la documentación revisada, solo se detectó la existencia de una pauta de trabajo docente con herramientas acotadas para la organización de reuniones.
Considerando las observaciones relativas a contar con un diseño que favorezca la relación entre el proceso de práctica y los desempeños requeridos por los perfiles de egreso, la comisión técnica trabajó entre octubre 2022 y febrero 2023 en el desarrollo de una Maleta Didáctica en AVA, transversal para la Práctica Profesional. Esta se organizó en base a las siguientes prioridades:
-La Maleta Didáctica debe centrarse en el/la estudiante y su aprendizaje, de acuerdo con las orientaciones del Modelo Educativo de Duoc UC. Aun cuando los lineamientos de gestión siguen estando presentes dentro de los recursos disponibles, los resultados de aprendizaje, evaluaciones, experiencias y recursos que se han desarrollado tienen como destinatario prioritario al estudiante, que debe consolidar su perfil de egreso y recibir retroalimentación efectiva y pertinente, para ajustar su desempeño antes de insertarse de lleno en el mundo del trabajo.
-La Maleta presenta un marco transversal que refleja la intencionalidad institucional sobre la práctica profesional como un hito central de la formación, pero debe ser ajustada a las necesidades de cada Escuela, reconociendo así el rol principal del Perfil de Egreso y también los requerimientos disciplinares y de entidades externas a los que las diferentes Unidades Académicas deben responder.
-La Maleta debe relevar el rol del/la docente supervisor/a, como alguien que acompaña, evalúa y retroalimenta a cada estudiante a su cargo, asegurando las condiciones para el logro de los resultados de aprendizaje de esta instancia formativa.
Ahora el desafío es ajustar esa Maleta a las necesidades de cada Escuela y luego socializar el nuevo proceso entre sedes, docentes y estudiantes. La instalación institucional de esta propuesta depende de un esfuerzo profundo, en términos de la generación de las condiciones necesarias para asegurar que cada uno de las y los estudiantes pueda llevar su proceso en las condiciones más óptimas, con un apoyo continuo en la obtención de centros de práctica, una supervisión enriquecedora y un proceso que reconozca la práctica profesional no solo como un paso más de la trayectoria formativa, sino como el principal hito de verificación y puente hacia la empleabilidad.
Aún queda un camino importante que recorrer, pero el compromiso y prioridad que las Escuelas nos comunican, así como el esfuerzo transversal por el aseguramiento de la calidad y la mejora continua, nos permitirá realizar los ajustes necesarios para poner el foco en los resultados de aprendizaje de nuestros/as estudiantes y egresados.
Laura B
Interesante!