12 de Mayo, 2014

El Estado y las Instituciones Técnico- Profesional en la búsqueda de la calidad de la educación superior.

Equipo Editorial Observatorio

Equipo Editorial Observatorio

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En los alumnos de la ESTP está probado que llegan a sus respectivas carreras con un bajo logro de competencias básicas y genéricas desde la EMTP o desde la EMCH. Esta situación es una realidad y debemos aumentar nuestros esfuerzos para nivelar a nuestro alumnado y no fracasen en sus legítimos deseos de obtener un título y una empleabilidad eficaz. Para enfrentarla se requiere avanzar sistemáticamente en políticas, acciones y tácticas que recojan experiencias exitosas de nivelación en otros países y que en EEUU se han aplicado para abordar deficiencias de este tipo que presentan poblaciones como por ejemplo los hijos de inmigrantes de lengua española en el Estado de California. En síntesis, debemos recoger y aplicar experiencias exitosas en el mundo y perfeccionar nuestra actividad académica.

Sabemos que hoy los usuarios y demandantes de educación superior poseen un amplio abanico de ofertas académicas, que son dictadas por variadas instituciones. Sin embargo, todavía no existe suficiente claridad e información para poder hacerlas comparativas en función a rasgos e indicadores comúnmente aceptados y validados por todo el sistema educativo chileno.

Hasta hoy la preocupación del Estado enfatiza el intento de aseguramiento de una calidad mínima, considerada aceptable por el sistema educativo iberoamericano. La oferta formativa es muy diversa y, por tanto, el Estado intenta cumplir su responsabilidad social en la formación y en la dictación de normas de formación del capital humano. Y por ello en la década del 2000, en América Latina se evolucionó desde la medición de procesos hacia una acreditación que apunta a medir los procesos como también la eficacia educativa. Entre los indicadores más reconocidos para medir la calidad (eficacia educativa) que se están divulgando y fiscalizando son: retención, inserción laboral, tasa de titulación, sueldos logrados, la valoración del mercado de la institución formadora, innovación, infraestructura, docentes calificados y reputados en cada carrera, levantamiento de competencias con mucha sintonía con las empresas, etc.

Otro hecho de sensible preocupación para algunas instituciones educativas terciarias es el aumento explosivo de las matrículas. Educar con calidad volúmenes ingentes de alumnado desafía a cada una de las instituciones en el cómo mantener estándares de calidad aceptables. En tal sentido, el Estado puede colaborar con estas instituciones no sólo con medidas de control, sino también con apoyos concretos, incentivos o financiamiento apegado al mantenimiento de niveles de calidad aceptables. En tal sentido, los convenios de desempeño y los incentivos directos al mejoramiento de los procesos, colabora desde el Estado para ayudar a todas las instituciones de educación técnica y profesional.

Debemos recordar que cuando el Estado se preocupa de la calidad, entre otros servicios y acompañamientos, nos provee información confiable a toda la sociedad sobre los aspectos más significativos de la educación superior. En esta materia, es muy relevante que se avance en su perfeccionamiento y que aumente los datos, la información y conocimiento transparente del sistema en toda su extensión y profundidad. De esta manera se benefician todos los actores de la educación y, lo que es más importante, creamos un circuito virtuoso de calidad y seriedad en los servicios educativos que se ofrecen en el país.

Asegurar la calidad significa preocuparse del control, de la garantía y del mejoramiento de todas las instituciones formativas, sean estas universitarias o técnico profesional. La otorgación de certificaciones, diplomas o títulos nos obliga como país a aumentar la transparencia de todas las instituciones educativa, de tal manera que podamos conocer sus fortalezas y sus debilidades. Finalmente, lo que realmente importa es que no dañemos ni disminuyamos por omisión la fe pública. Todo aquello que ayude a que nuestros estudiantes estén completamente informados, es un buen signo de calidad institucional y de una transparencia defendida y practicada por toda institución educativa madura en su quehacer.

Para todas las preocupaciones y desafíos que hemos mencionados, es muy importante recoger y apoyarse en experiencias exitosas en el Reino Unido, Alemania, Finlandia, Singapur, Bélgica, Holanda y algunos Community College de EEUU y Canadá, que han abordado estas problemáticas con relativo o mucho éxito.

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