Una de las cohortes de estudiantes del país en educación terciaria más estudiada para efectos de explicarse cuantitativamente la retención o deserción en Chile es la correspondiente al 2007. La información que se dedujo de ella es que más del 30 % del total nacional no continuaba sus estudios al segundo año de ingreso a la educación superior. De estos, el 44% reingresaba en los tres años siguientes al sistema. De esta cohorte, el 31, 9% vuelve a los CFT y a los IP el 38,9 % de los totales respectivos. Además, los desertores cuyos estudios de educación media lo habían realizado en un colegio particular, reingresaba el 72, 6%; el estudiante de colegio subvencionado se reintegraba el 53,4 % y el alumno desertor cuyo origen fue municipal, solo el 45,6%. Del total de desertores de la cohorte aludida, el 24,5 % de los estudiantes CFT y el 22,6 % de los IP no reingresan ni a Duoc UC ni a ninguna institución de educación terciaria.
De acuerdo con la misma cohorte, si observamos la educación terciaria considerando como criterio la tasa de asistencia neta[1] según quintil de ingresos, observamos que el primer quintil posee un 22,1 %; el segundo, un 27,5 %; el tercero, un 26,3 %; el cuarto, un 39,2 % y el quinto, un 59 %. Los quintiles 2 y 3 continuarán aumentando y por eso se hace muy necesario prepararse para el desafío que implica lograr que nuestros alumnos logren éxito académico, es decir, su titulación[2].
En el estudio que realizó SIES el 2012[3], estudiando toda la base de datos de la educación superior chilena, buscando las causas de la deserción, concluyó que entre las más importantes estaban: los hombres desertan más que las mujeres; los que poseen padres solo con básica o sin estudios; los alumnos solteros e independientes económicamente; los alumnos del primer y segundo quintil; los que no se matriculan en su primera opción; los que poseen puntajes menores a 450 en PSU o menos de un 5,0 en NEM; los alumnos que solo reciben becas y, por último, cuando estos cursan carreras muy largas.
Desde la década de los setenta, algunas instituciones de educación superior del hemisferio norte comenzaron a realizar estudios que originaron propuestas de políticas institucionales que apuntaron a mejorar la retención estudiantil y a disminuir el retiro de alumnos del sistema. En cambio en Chile recién desde hace unos 15 años son visibles ciertas experiencias en la educación superior que nos muestran una preocupación por el diseño de políticas institucionales que se hacen cargo del fomento de la retención.
En nuestro país los estudios sobre la deserción han sido escasos. Si se pudiera resumir lo que algunos estudios nos dicen, estos ponen su atención en tres factores:
a) Que es un fenómeno multicausal.
b) Influye en exceso la condición socioeconómica y cultural de los alumnos.
c) Las características particulares de las instituciones de educación superior que no cuentan con políticas estables para enfrentar la deserción.
Por tanto, se puede deducir de lo anterior, que las causas son académicas y no académicas. Entre las primeras estarían: bajo rendimiento individual, problemas disciplinarios, dudas vocacionales, bajo nivel de la institución, duración de la carrera o programa, currículum inflexible, docentes no actualizados, inexistencia de políticas remediales, escaso interés por fijar políticas homogéneas y conocidas que aumenten la retención. Entre las no académicas nos encontramos con: el lugar de residencia, educación de los padres, situación económica personal, administrativos no motivados para ayudar a los alumnos, políticas gubernativas no inclusivas, escasa demanda laboral futura, inestabilidad financiera de la institución de estudios o del país en general.
El crecimiento sostenido de la matrícula de educación terciaria nos obliga ya no a hablar de una educación de élite, sino a referirnos a una educación dirigida a un simple egresado de enseñanza media. Duoc UC no posee un proceso de selección y, en consecuencia, recibe alumnos muy vulnerables en uno o más sentidos. No se puede formar ni menos educar a este tipo de alumno como se educa a la élite académica, sino que se debe escoger prácticas docentes y fijar un currículum de estudio flexible adecuado a la nueva población estudiantil.
Sabemos que nuestro alumno es diverso social, económica, étnica, cultural, género y esto constituye una realidad fáctica. Por ello es necesario diseñar estrategias y espacios de enseñanza diversos que reconozcan la existencia de numerosas realidades por las cuales atraviesa nuestro alumnado. Estas realidades pueden ser un obstáculo para aprender.
Dado todo lo anterior, es importante distinguir si la deserción se produce de un programa, carrera o de la institución. La primera no implica la segunda. El alumno puede cambiarse de carrera o programa o incluso volver a ella por el sistema de admisión regular. Si se va de la institución puede ingresar a otra y para la estadística nacional no se le considera como un desertor, aunque si para la institución de la primera entrada. La deserción definitiva, se produce cuando el alumno no vuelve nunca más a la educación superior de nuestro país.
Una institución que trabaja con una importante cantidad de alumnos vulnerables debe hacerse cargo de fijar un derrotero institucional, que pruebe que hace lo humanamente posible por lograr que sus alumnos logren su fin, que es el de titularse y salir capacitados con sus competencias al mundo del trabajo. Estamos hablando de lograr colaborar como institución equidad de oportunidades.
En tal sentido, Duoc UC siempre ha logrado los mejores índices de retención de la educación técnico profesional en Chile, con cifras superiores al 73% en promedio los últimos cinco años[4]. Sin embargo, considerando los miles de alumnos que confían año a año en ella, no solo debemos mantener esta cifra sino aumentar porcentualmente el índice de retención. Esto indicaría que la institución cumple con su compromiso ineludible de lograr que sus estudiantes cumplan su sueño de titularse y de lograr un empleo satisfactorio. Con ello, Duoc UC cumple su misión y un aspecto esencial que justifica su existencia.
Equipo editorial Observatorio Duoc UC
Lunes 25 de julio de 2016
[1] Es la relación entre la población que asiste y cuenta con la edad para asistir (18 a 24 años) a este nivel, y la población total que pertenece a este grupo.
[2] https://www.mifuturo.cl/images/Estudios/Estudios_SIES_DIVESUP/retencion_primer_ao_pregrado.pdf . Estudio muy interesante y que SIES ha continuado los siguientes años con reportes actualizados.
[3] https://www.mifuturo.cl/images/Estudios/retencion_educacinsuperior.pdf
[4] Comparación entre los distintos IP y CFT. https://www.mifuturo.cl/index.php/informes-sies/retencion-de-pregrado.
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