Todas las instituciones de educación superior, unas más otras menos, están fortaleciendo sus vínculos con el medio que los rodea “extra muros”. Hoy todas en sus planes de desarrollo han subrayado el desafío estratégico que constituye el tomar contacto estrecho con la realidad social, económica, cultural y política. Este énfasis es natural y es bueno que hoy se tome conciencia que una institución existe no para sí misma, sino para estar en un diálogo permanente y bidireccional con su entorno. Existimos para otros no solo para nosotros.
La formación técnica o profesional por su íntima definición de existir para permitir el aumento de posibilidades de empleabilidad para muchos que desean o encuentran en estas los aprendizajes considerados necesarios para su desarrollo laboral futuro, necesita imperativamente no solo escuchar sino estar en la realidad cotidiana de las empresas públicas y privadas. De este modo, que sus docentes en su gran mayoría se desempeñen en las empresas y practiquen lo que enseñan es algo considerado valioso e indispensable para la Educación Superior Técnico Profesional.
Lo anterior es una diferencia esencial con la educación universitaria. Esta última si bien mantiene y potencia contactos con el medio, necesita espacios de libertad y de desarraigo mental para que sus académicos puedan contribuir con conocimiento de punta que no se encuentra en la realidad laboral. En las universidades no solo se piensa y se crea investigación aplicada sino también la que es considerada “pura”, creadora de nuevas realidades o que da respuesta a preguntas y situaciones que no tenían contestación. Lo segundo no es lo central para la ESTP, aunque la creatividad también puede manifestarse en mejoras continuas o soluciones concretas que apuntan a perfeccionar algún producto de la tecnología, de la comunicación, del diseño, de la salud y de todas las áreas en que se esté presente.
La Educación Superior Técnico Profesional requiere estar anclada en los diversos espacios laborales. De esta obtiene sus insumos básicos para poder diseñar Carreras pertinentes y así aumentar las posibilidades laborales futuras de sus estudiantes. Hoy que el mundo avanza tecnológicamente a una velocidad creciente y exponencial, la obliga a estar más atenta y esta actitud ha pasado a ser un mandato ético irrenunciable. No hacerlo significa disminuir la empleabilidad futura de sus egresados y esto no es lo que deseamos.
Pero también vincularse con el medio apunta a una relación bidireccional, es decir, al beneficio y aprendizaje mutuo entre nosotros y la realidad que nos circunda expresada en empresas, organizaciones o instituciones públicas o privadas. Al servir y enseñar a otros, estos también nos enseñan y aprendemos. Esta debe ser la relación perfecta, la deseable, la que debemos incentivar. No existimos para sí mismos sino para servir y practicar lo aprendido, que nos permite validarnos y aumentar nuestros aprendizajes y sentirnos útiles. De esta relación la realidad “extra muros” se beneficia como también nuestros estudiantes que ven aumentadas sus posibilidades de ejercicio laboral futuro. Porque finalmente existimos para nuestros estudiantes y así cumplir la promesa en ellos con fidelidad a nuestra misión institucional.
Todos los avances en nuestra vinculación con el medio deben ser observados con alegría. En estos se expresa nuestro mandato institucional de existir para mejorar la vida espiritual y material de nuestro país. Cada una de las experiencias, por pequeña que sea, es un aporte concreto y real a que existimos para los demás y que estos son capaces de enseñarnos lo que no sabemos.
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