Quiero saludar especialmente al presidente y directores de Duoc UC, Sr. Patricio Donoso y Sr. Gonzalo García; al Sr. Obispo de Villarrica, Francisco Stegmeier ; al diputado René Safirio, al Alcalde Pablo Astete, a los Concejales, a los directores de Duoc UC, al Capellán de Duoc UC, Padre Samuel Arancibia, a las autoridades de Villarrica, a los directores de colegios y liceos, a representantes de gremios, a los arquitectos y a los trabajadores de la nueva Sede[1].
Hace menos de un mes tuvimos en una ceremonia de primera piedra para nuestra nueva sede en Puerto Montt y hoy aquí, en Villarrica, ratificamos que lo que deseamos es influir desde la esencia de nuestra país, remarcar nuestro propósito, nuestra voluntad de alterar el futuro de Chile.
Duoc UC, desde sus inicios en el año 1968, fue cambiando sus énfasis, no solo de acuerdo con la época que vivía, sino que, abriendo nuevos caminos, siendo un actor clave en el desarrollo del país. Inicialmente, el original Departamento Universitario Obrero Campesino (DUOC) se abocó a la formación de trabajadores mayoritariamente analfabetos, esos que constituían una mayoría en Chile. Luego, hacia fines de los setenta y comienzos de los ochenta lideró la entrada de la Educación Técnico Profesional de nivel superior. En los últimos años, hemos tenido un papel clave en el debate en política educativa, siendo Duoc UC un actor relevante en delinear lo que debiera ser la Educación Técnico Profesional en un contexto de incertidumbre sobre los empleos, irrupción de la tecnología y de las posibilidades de aprender a distancia y donde se requiere enfatizar nuestra mirada de largo plazo, aquella a que nos llama nuestra misión.
A pesar de los cambios en la fisonomía, Duoc UC ha mantenido su esencia. Ello es muy central a lo que hacemos, al respeto por nuestra historia. Por eso quiero rendir aquí un pequeño homenaje a nuestros fundadores, a esos estudiantes de la Pontificia Universidad Católica que, con la fuerza y visión de su juventud, tomaron un sueño ya delineado por Abdón Cifuentes y lo hicieron carne. Un especial homenaje a ellos a través de este saludo a Pablo, hijo de Francisco Tokos, inspirador de este proyecto creado en el seno de la Pontificia Universidad Católica hace cincuenta años.
Una mirada a futuro requiere abordar los temas clave en la Educación Técnico Profesional y para ello debemos intervenir directamente en entornos para no solo como en este caso, alterar directamente la vida anualmente de algo más de 350 alumno (tendremos una sede que en régimen debiera albergar 700 alumnos), sino que tener un impacto indirecto en varias veces ese número.
Vemos en Villarrica y sus alrededores razones especialmente buenas para nuestra presencia. Ser pioneros en la Educación Superior Técnico Profesional, aportar en un proyecto distintivo, en el que codo a codo con la Pontificia Universidad Católica, reforcemos el sentido que tiene la visión de un sistema de educación superior integrado. Pero, sobre todo, cambiar la dinámica educativa del país desde ejemplos únicos, destacables, en una zona única, de gran potencial, que no solo tiene necesidades de formación para que su desarrollo sea integral, sino una en la cual podamos aprender de su gente, de su forma de vivir.
Queremos entregar opciones y modalidades educativas distintas, más compatibles con el estudiante moderno, que hoy está bombardeado de información y que, para transformarla en algo útil, debe seleccionarla y procesarla. Queremos hacer una diferencia con nuestro sello de formación integral, un sello que no solo entrega competencias para una buena empleabilidad, sino que permite que nuestros alumnos trasciendan su propia existencia y la de los entornos en que se desarrollan.
El sello de una institución educacional católica, nacida en la universidad católica, es y debe ser el de la calidad. No podemos hacer nada que no esté orientado a la excelencia. Y ello, en nuestra mirada, significa una invitación amplia a la trascendencia, que va desde lo cotidiano, en la familia y el trabajo, hasta lo más profundo y espiritual. Queremos también insertarnos en la ciudad y en la región. Duoc UC tiene desde sus orígenes alma de ser social, de ser vinculado al entorno. A esta vinculación le damos un sentido preciso, la medimos, la intencionamos, la moldeamos de modo que se constituya en una entrega recíproca, donde el entorno se beneficie con acciones que desarrollan a nuestros estudiantes.
Por eso, autoridades, invitados, representantes de la comunidad, les pediremos mucho. Por eso la presencia del presidente del Consejo Directivo, de la Dirección Ejecutiva, de directores de las Escuelas, de su Capellán, es testimonio de la importancia que tiene la presencia de Duoc UC en la zona. Para entregar, pediremos, de modo de transformarnos en un corto andar, en una institución de la que la zona esté orgullosa y sea parte de lo más sentido que tiene.
[1] Con una masiva asistencia y la presencia de importantes autoridades académicas y regionales de La Araucanía, el pasado martes 16 de abril, Duoc UC instaló la primera piedra de su nuevo Campus Villarrica, el que espera abrir sus puertas en marzo de 2020.
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