En este tiempo de clases virtuales como docentes y como UAP nos hemos visto enfrentados a un gran desafío, que nos ha significado grandes esfuerzos como equipo y como docentes. Afortunadamente siento que hemos podido cumplir satisfactoriamente nuestros objetivos durante este semestre tan distinto.
Este periodo de clases virtuales nos exigió como equipo UAP mucho trabajo ya que además de la preparación, ejecución y reflexión sobre nuestras propias clases (todos tenemos más de una sección de asignaturas distintas) tuvimos que apoyar, observar y acompañar a todo el equipo docente de la Sede. En un principio la tarea de acompañar fue compleja, ya que solo tuvimos dos semanas para estar con los docentes nuevos y nos vimos obligados a planificar acciones sobre la marcha para apoyarlos.
Nuestras acciones al principio consistían en horas en línea de acompañamiento para apoyar el uso de AVA (Collaborate). En esto trabajó alternadamente todo el equipo de asesores y de forma extraordinaria nuestra asesora tecnológica que además de responder constantemente las dudas individuales de los docentes, tenía que instruirnos para poder orientar de forma correcta nuestro apoyo. Este trabajo prontamente mutó a un acompañamiento personalizado para los docentes que presentaban dificultades en las clases virtuales y solo se pudo conseguir detectarlos a través de una exhaustiva revisión de los AVA y clases de cada profesor de la Sede.
Otro tipo de acciones que como UAP realizamos fue la creación de instructivos para los docentes, que los apoyaran en el uso de herramientas de AVA; como uso de Collaborate, uso de herramientas de evaluación, entre otros. Esto fue antes de que comenzaran los Webinar que la institución realizó para los docentes y que comenzáramos a fomentar la participación de los profesores en la Comunidad Docente Blackboard.
Siento que la mejor estrategia de acompañamiento que nos generó buenos resultados fue el apoyo personalizado para junto con el docente reflexionar sobre sus clases. También se hizo en más de una ocasión conversatorios virtuales con los docentes de la sede y esto nos permitió realizar reflexiones más generales sobre la forma en que estábamos realizando las clases virtuales y también conocer el estado anímico de nuestros docentes.
La modalidad virtual exigió mucho esfuerzo por parte de los docentes, en la planificación de sus clases, ya que además de la preparación de ellas en el ambiente virtual, al comienzo muchos sentían que debían idear nuevas formas de realizar las clases para conseguir el aprendizaje de los contenidos que sus asignaturas consideran, formas distintas a las que solían utilizar en la sala de clases (esto les generó un cansancio mayor al normal), pero muchos pudieron llegar a la conclusión de que no era necesario cambiar de forma extrema sus metodologías, podían usar los mismos recursos, pero cuidando la forma. Ya que esta vez fue fundamental considerar las características específicas de cada sección; En mi caso, hago clases de Estadística y Nivelación Matemática donde normalmente siempre trabajo con PPT para explicar y aplicar conceptos en la resolución de algunos problemas, esta vez hice lo mismo, pero cuidando el tipo de ejercicio, la forma en que lo analizaba, etc.
Los docentes nos comentaban que en las asignaturas donde había mucha aplicación, como resolver laboratorios en Excel o uso de software, fue más sencillo conseguir el aprendizaje debido a que, aunque se debían enseñar y aplicar muchos conceptos difíciles esto había que hacerlo guiando el trabajo de los estudiantes. Mucho ayudó que los docentes crearan material extra al que disponían en sus maletas didácticas; tuvieron que crear capsulas de aprendizaje para que los estudiantes revisaran antes de sus clases y de ese modo concentrar la clase en la guía del trabajo o resolver dudas.
En mi experiencia puedo hablar sobre el caso de mi segunda asignatura Nivelación Matemática, esta me costó bastante porque no conocía a los estudiantes. Solo tuve dos clases presenciales con ellos y no alcancé a identificar sus características como estudiantes (son alumnos de inicio), individuales y mucho menos como grupo. Me concentré en preparar clases que los obligaran a participar de forma fluida y en estar muy pendiente de sus comentarios y estados en general. Esto último fue algo que la mayoría de los docentes tuvimos que hacer para poder generar un buen clima de aula, que se hace fundamental para conseguir el aprendizaje y sobre todo en esta modalidad donde no vemos al estudiante y muchas veces solo interactuamos por chat.
En realidad, creo que la enseñanza que me deja esta experiencia es que tanto en la modalidad presencial como virtual se hace indispensable el mantener una buena relación con los estudiantes, una que genere un buen clima de aula. Ellos deben saber que el docente está preocupado de su aprendizaje y de todas las dificultades que se le presentan para poder conseguirlo. Debemos planificar con mucho cuidado las clases: el objetivo, las actividades, las clases deben generar la participación de los estudiantes sino perderán la motivación en la asignatura y dejarán de conectarse a las clases virtuales y en consecuencia no realizarán las actividades evaluativas.
Hubo veces en que sentía que las clases que con tanto esmero preparaba, no daban el resultado que yo esperaba, en estas ocasiones (fueron varias) me sirvió mucho comentarlo con mis compañeros del programa matemática en la Sede, en base a mi experiencia y sus experiencias pude encontrar algunas soluciones y sentir que había mejoras en las clases: los estudiantes comenzaban a participar más.
Por otra parte, es innegable que nuestros estudiantes viven en localidades con muy mala conexión a internet, situación que también me afecta. Esta dificultad para estar presentes en las clases por parte de los estudiantes obligó a muchos docentes a estar más pendiente del correo, incluso en nuestros tiempos libres. Ya que para contestar las consultas de ellos en todo momento y calmar su ansiedad, no podíamos dejar pasar mucho tiempo. Siento que esto ayudó mucho a que se sintieran acompañados en su proceso de aprendizaje y no solo en la clase virtual.
A pesar de todos nuestros esfuerzos no todos los estudiantes participaban y algunos dejaron de asistir a las clases y de cumplir con las evaluaciones. Esto imagino que escapa al control del profesor, pero es algo que en forma presencial quizá se podría abordar con más éxito.
El trabajo del docente siempre exige mucho tiempo en la preparación de las clases, en la ejecución y en la retroalimentación. En esta modalidad virtual siento que fue mucho más tiempo el invertido en la preparación de las clases, y también en la revisión de las ya hechas (podía ver la grabación). Una buena forma de mejorar mis clases siento que fue la reflexión que pude hacer sobre las grabaciones. Me pude dar cuenta de que debía cambiar los ritmos de mis intervenciones, el tipo de ejercicio que usaba para explicar y también las respuestas que estaba dando a los comentarios de los estudiantes, generalmente por el chat de la clase. Solo revisando las clases hechas pude darme cuenta que se podía mejorar, cuidando detalles. Y esto lo compartimos como UAP con nuestro equipo docente, principalmente con los que pudimos acompañar de forma virtual.
Debo reconocer que al comienzo de mis clases virtuales mi nivel de estrés, ansiedad y hasta desesperación fue alto. Sé que para muchos profesores de la sede fue así también, pero al transcurrir los días, semanas y meses pude llegar al punto en que disfruté realizarlas.
Siento que como equipo UAP y como docentes cumplimos satisfactoriamente con el gran desafío que significó el realizar nuestras clases en modalidad virtual, a pesar de todas las dificultades. Realizamos un arduo trabajo con dedicación, cariño y profesionalismo. Y un trabajo así de esforzado debe rendir algún fruto bueno, espero que nuestros estudiantes hayan podido aprender las materias y que aprueben las asignaturas. Pero también me gustaría que tomen esta experiencia como un aprendizaje que va más allá de lo conceptual y procedimental de sus asignaturas, que desarrollen una actitud positiva frente al estudio y las dificultades de la vida. Que comprendan que para conseguir los objetivos que uno se plantea en la vida solo se necesita dedicación y compromiso (principalmente).
Finalmente puedo decir que tuve una grata experiencia en esta modalidad. No niego que extraño las clases presenciales enormemente y que espero de todo corazón que este tiempo de distanciamiento físico termine pronto. Añoro volver a las salas de clase y por supuesto, la convivencia con estudiantes y colegas de mi querida sede Melipilla.
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