Para nadie es un misterio que desde marzo de este año nos hemos enfrentado a un gran cambio, virar a la educación a distancia e incorporar, de una semana a otra, las masivas Clases Remotas. Nos volcamos a un formato distinto, que estaba cerca pero que no habíamos adoptado en su completa dimensión. Hemos transitado a una velocidad impensada desde las cátedras en una sala tradicional -reuniendo a los estudiantes y docentes- a las clases desde y hacia los hogares, lo que implica sortear aristas que no imaginábamos, como tener que mostrar parte de nuestra realidad y privacidad, generando un vínculo distinto donde la base es fortalecer la confianza.
Esta transición la hemos afrontado todos los colaboradores, teniendo que aprender a compatibilizar la vida laboral y familiar, con todo lo que esto conlleva. Sin duda alguna, la adaptación ha sido la consigna más importante en estos tiempos. Todo lo anterior nos ha significado una buena oportunidad para evaluar toda la energía y trabajo puestos al servicio de nuestros estudiantes, con un cierre de semestre muy diferente a lo que ya veníamos haciendo hace algunos años.
La pandemia y el alto riesgo de contagio, situó la labor de los docentes de asignaturas prácticas a un plano aún más relevante, debiendo someterse a un semestre de cambios sustanciales y adaptar la ejecución de sus talleres y/o clases prácticas, de una manera muy distinta. Pero ese esfuerzo dio sus frutos y fue así que se incorporaron actividades prácticas virtuales, simulaciones e incluso, soluciones innovadoras como la de llevar los talleres prácticos al hogar de cada alumno. Así fue la iniciativa de la carrera de Gastronomía, enviando una caja con un set de ingredientes a los estudiantes para que pudieran elaborar de manera práctica los talleres en sus propias cocinas, con la asistencia del docente en modo remoto.
No obstante, y a pesar de todos los esfuerzos que hemos realizado, muchas de estas asignaturas lamentablemente no pudieron cerrarse, debiendo quedar con Nota Pendiente (Nota P), lo que significa que el alumno podrá completar las actividades prácticas este segundo semestre en la Sede y así asegurar el logro de los aprendizajes mínimos esenciales para cada una de las asignaturas. Los talleres recuperativos ya se han comenzado a ejecutar, aplicando todos los protocolos definidos por la institución y la autoridad sanitaria, con la finalidad de resguardar la seguridad de toda la comunidad, con un recibimiento positivo por parte de estudiantes y docentes.
Otro foco que debemos destacar es el tremendo desarrollo de nuestra plataforma online, que se ha convertido en un soporte primordial para lograr llegar a un buen puerto. El ambiente virtual de aprendizaje (AVA), es una plataforma robusta que pasó de ser una herramienta complementaria -que apoyaba aquello que ocurría en la sala de clases y talleres-, a transformarse en nuestro principal instrumento, centro del quehacer académico y la auténtica columna vertebral que sostiene las exigencias derivadas de mudar desde la presencialidad al ambiente remoto.
Asumir los nuevos desafíos implicó para los docentes dos grandes desafíos: En primer lugar, adaptarse a realizar clases remotas, y en segundo lugar, hacerse cargo de un proceso masivo de evaluación, utilizando la tecnología puesta a su disposición por la institución. Naturalmente ha sido un cambio transformador, si consideramos que antes el docente retiraba los exámenes transversales para posteriormente aplicarlos en la sala de clases, hoy en cambio, el procedimiento es virtual, a través de la herramienta de evaluación Blackboard. La gran mayoría de los exámenes fueron evaluados en un formulario WEB, instrumento del que dispone la institución para este fin y que además permite cargar la nota de manera automática en el portal de calificaciones. En último lugar, el docente cerró las actas de sus asignaturas y las envió de manera virtual, culminando así un ciclo que partió de forma presencial los primeros días de marzo y que culminó de forma virtual con los exámenes transversales.
Los docentes, además de su enorme labor, han mostrado su agradecimiento frente al apoyo recibido a través de capacitaciones online y virtuales, el préstamo de equipos para poder realizar sus clases –en caso de no poseer uno propio- la entrega de bolsas de datos y sobre todo, haber tenido la posibilidad de asistir a la Sede y utilizar los computadores e instalaciones, ya sea para dictar sus clases remotas o realizar cápsulas prácticas para enviar a los alumnos. Todo esto, con la certeza de concurrir a un entorno cuidado donde se han implementado todos los protocolos de seguridad necesarios.
Es importante destacar el trabajo coordinado de las distintas unidades de las sedes y centrales, las cuales volcaron todos sus esfuerzos en pos de asegurar un proceso de calidad que asegurara el logro de los aprendizajes mínimos esenciales y un proceso de cierre de semestre lo más normal posible de cara al estudiante. Lo anterior, implicó una comunicación permanente entre las distintas áreas para la adecuación de los procesos y lograr que todos los equipos pudieran ejecutarlos de manera virtual. La adaptación es un proceso complejo a veces, pero cuando trabajamos como un solo gran equipo, sin duda, podemos superar todos los desafíos.
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