No cabe duda de que la pandemia COVID-19 nos cambió. Tocó nuestras vidas de distintas formas, en mayor o menor medida. Nos hemos visto enfrentados a múltiples desafíos, que probablemente jamás pensamos experimentar: El encierro, no poder compartir con nuestros seres queridos, compatibilizar familia y trabajo en nuestros propios hogares, entre tantos otros. Aun así, pese a la incertidumbre diaria, a los temores y dificultades que podamos haber enfrentado, hemos dado, como docentes, lo mejor de nosotros, motivando, creando, aprendiendo a usar nuevas estrategias para cumplir nuestro objetivo principal: Formar personas.
Mi vida de docente comenzó hace un poco más de 6 años en Duoc UC. Soy Kinesióloga de profesión y docente por vocación. Dicha vocación es la que me motiva a estar en constante aprendizaje, a querer ir más allá buscando la forma de despertar en los estudiantes las ganas de aprender, de querer estar en clases no solo con el objetivo de cumplir con los requisitos de asistencia o por aprobar una asignatura, sino porque disfrutan del aprendizaje. Esto se logra con cariño y dedicación. Los estudiantes lo sienten, valoran y lo transmiten a sus pares. Una frase que me inspira a diario y que ha marcado mi vida de docente es: “La educación es encender una llama, no llenar un recipiente” (Sócrates). Si todos los niveles educacionales comprendieran esto y lo aplicaran en sus modelos educativos, sin duda la sociedad sería distinta y probablemente no sería necesario intentar fomentar el autoaprendizaje en un nivel técnico profesional.
Todos podemos darnos cuenta de los grandes desafíos que implica enseñar en modalidad remota. Estos no son necesariamente atribuibles a falencias relacionadas a estrategias y formas de enseñar, ya que siempre hemos contado con el tremendo apoyo de la Unidad de Apoyo Pedagógico (UAP); tampoco a la falta de recursos tecnológicos que respondan satisfactoriamente a las necesidades actuales, pues contamos con una plataforma educativa virtual de nivel mundial. Los determinantes sociales, es decir las circunstancias en las que las personas viven, crecen y se desarrollan, adquirieron un rol fundamental, aumentando el nivel de dificultad de la ya desafiante modalidad remota. En el caso de Duoc UC Puente Alto, muchas veces la motivación y la experiencia del docente no fue suficiente, pues existen elementos y circunstancias que se escapan de su alcance. Por ejemplo, muchos de nuestros estudiantes no cuentan con acceso a un computador y/o internet y a pesar de que por parte de la Institución se hicieron esfuerzos por subsanar problemas de conectividad junto a otras experiencias de vulnerabilidad, esto no pudo ser cubierto.
Es aquí donde cada uno de nosotros, debió poner especial atención y buscar opciones, de manera que esos alumnos no se quedaran atrás por problemas que iban más allá de sus ganas de aprender. Nuestro rol de docentes se fortaleció, ya que pasamos a ser un pilar para nuestros alumnos, donde la empatía fue clave. Por lo que, además, aprovecho de destacar a todos aquellos estudiantes que tuvieron que salir a trabajar por problemas económicos en sus hogares, y a quienes tuvieron que hacerse cargo de sus hermanos pequeños y aun así siguieron estudiando, continuando el camino que venían construyendo.
En la vereda de los docentes, la mayoría tuvimos que hacer modificaciones en nuestros hogares para poder compatibilizar, por ejemplo, trabajo con maternidad, algo para nada sencillo, sobre todo cuando los niños son pequeños y no se puede pedir apoyo de la familia por el contexto en el que nos encontramos. En mi caso tengo una pequeña de 3 años que en varias ocasiones ha sido mi asistente y ayudante de clases, al ser tan pequeña no comprende porqué mamá debe trabajar y no puede jugar, una realidad que lamentablemente no siempre permite que se logre el objetivo como uno quisiera, por lo que muchas veces ha sido frustrante y agotador, sobre todo porque uno quiere motivar y tener 100% concentrado a sus estudiantes. Lo valorable es que poco a poco se fue logrando y compatibilizando, creando rutinas que permitieron de alguna forma poder incorporarla y dándome cuenta de que mi realidad era bastante similar a mis colegas e inclusive a mis estudiantes.
Sin duda, este año ha sido especialmente distinto, ya que además de la docencia, este año asumí un nuevo y gran desafío en la Institución, ser la asesora AVA de la Sede. Para mí ha significado una enorme misión, ya que es un rol fundamental, sobre todo en el contexto actual de las clases remotas, pues sé que mi trabajo es clave a la hora de fortalecer y apoyar a los docentes de mi Sede. Este nuevo rol me ha permitido crecer y desarrollarme desde otra perspectiva, pues he descubierto destrezas y habilidades que me han permitido fortalecer mi labor docente, y el trabajo de mis pares, al transformarme en un apoyo permanente.
Para finalizar, hoy siento que si bien han sido tiempos de reflexión, de reformularse y reinventarse más de una vez, también han sido tiempos de crecimiento personal y profesional, por lo que reafirmo mi compromiso con la formación de personas con una frase que me ha inspirado durante toda mi carrera: “sé el docente que siempre quisiste tener”, la cual me llevado a descubrir lo maravilloso que puede llegar a ser el desafío de educar a otros y lograr que ellos descubran lo mejor de sí.
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