En la última década se ha hablado de lo necesario e importante que significa el tratamiento de los datos, los beneficios que aportan tecnologías como big data, los algoritmos de data science, herramientas de inteligencia artificial (AI), machine learning (ML), diferentes formas de análisis de datos o de identificar ciertos patrones de comportamiento del ser humano, esto en diferentes áreas y para múltiples fines. Una de ellas son las empresas que necesitan saber de sus clientes, que servicios son los que más utilizan o consumen, en que temporadas son las que los clientes más compran, etc. Sabemos las posibilidades que hoy en día nos entrega la tecnología y tenemos el deber de utilizarla a favor de la salud.
Hoy en día todos estamos conscientes de la pandemia COVID-19 que azota al mundo. Nos hemos dado cuenta de los esfuerzos que se realizan para encontrar un tratamiento adecuado, una vacuna efectiva o los diferentes enfoques para lograr minimizar o aplanar la curva de contagio de nuestro país parecen no ser suficientes. Debemos tener claridad de cuáles son los datos necesarios para lograr planificar con éxito la forma correcta de disminuir los contagios en cada país en base a sus necesidades.
Pero para lo anterior, debemos lograr la obtención de los datos necesarios para poder nutrir las plataformas que realizarán los respectivos análisis. Tener información correcta, válida y de calidad, teniendo en cuenta la independencia de plataformas o sistemas que hoy en día tenemos en nuestro país. En todas las áreas la baja usabilidad de estándares y protocolos de comunicación entre sistemas de salud, hacen que sea una tarea realmente compleja el tener los datos a tiempo y listos para ser analizados.
En Chile tenemos una variabilidad de plataformas que se utilizan en salud, algunas de ellas sin cumplir con las necesidades básicas de hoy en día en cuanto a la informática biomédica, como por ejemplo la protección de datos, al traspaso de información, sin estándares ni protocolos específicos del área que nos aseguren la integridad de la información ni la interoperabilidad entre sistemas. Pero se ha avanzado en el diseño de plataformas informáticas que cumplen con lo necesario para lograr lo anteriormente mencionado, la implementación ha sido paulatina y aún queda mucho por hacer.
Contar con una salud conectada es de vital importancia para lograr tener la información unificada y accesible, donde toda la información que se genere en el sistema de salud sea compartida, para así agilizar los diagnósticos, procedimientos, reducir los tiempos de espera y disminuir la burocracia, lo que, en definitiva, mejora la salud de nuestro país y la calidad de vida de las personas.
Mientras lidiamos con la pandemia COVID-19, es fundamental que los entes gubernamentales y las organizaciones sin fines de lucro que trabajan para detener la propagación del virus o disminuir los contagios estén equipadas con los sistemas necesarios para brindar a la población información oportuna y precisa. Debemos tener en cuenta que se están manejando grandes cantidades de datos y que estos cambian rápidamente.
Es por esto que se formuló el plan estratégico de tecnologías de información y comunicación (E-Salud) del año 2011 al 2020 que nos otorga las directrices para lograr una informatización de los sistemas de salud de nuestro país.
Toma vital relevancia hoy en día en periodo de pandemia la interoperabilidad entre sistemas de salud. Es la forma en la que podemos tener la capacidad de comunicación entre distintos sistemas con distintos datos en distintos formatos de modo que la información pueda ser compartida, accesible desde distintos entornos y comprendida por cualquiera de ellos, y así lograr un correcto análisis de datos. Debemos utilizar las tecnologías adecuadas para tener resultados en el menor tiempo posible y lograr tomar las decisiones correctas y rápidas frente a la pandemia. Si bien se ha intentado hacer lo mejor posible, aún tenemos un porcentaje importante de sistemas que no cumplen con lo que la estrategia indica descrito en el Mapa de Ruta y esto entorpece el proceso de obtención de los datos y sobre todo el análisis del mismo.
El análisis de los datos se torna más sencillo con las tecnologías hoy en día disponibles. Lo complejo es la obtención de los datos necesarios para alimentar estas tecnologías, sin tener una integración entre los sistemas, mucho menos una interoperabilidad, la falta de estandarización de los datos, etc.
El ministerio de salud se encuentra liderando el proceso de informatización en salud para lograr realizar políticas públicas con un respaldo sólido, mejorar la gestión administrativa, fiscalizadora y regulatoria, el proceso clínico–asistencial y mejorar además la toma de decisiones.
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