Corrían los años 90 y como estudiante de Ingeniería en Sonido jamás hubiera pensado en el impacto que tendría, en la actualidad, la digitalización del sonido.
Las consolas, grabadoras y otros dispositivos analógicos fueron en una primera instancia remplazadas por sistemas digitales (consolas, grabadoras multipistas, procesadores, módulos de instrumentos, samplers multi efectos, etc.). Conceptos como la profundidad de bit y frecuencia de muestreo formaban parte de nuestro argot profesional. Estos parámetros fundamentales dan cuenta en términos muy simples de la calidad con que el audio como fenómeno análogo es convertido a los ceros y unos del universo digital.
Cabe mencionar que, como fenómeno global, no solo invadió el ámbito profesional sino también el doméstico. Nuestros discos de vinilo y casete rápidamente fueron sustituidos por CDs de audio, Mini disk y otros formatos digitales. Todo el mundo se maravilló en un primer momento frente al prístino sonido de estos formatos; aunque ahora hay que reconocer que los antiguos vinilo han vuelto más por la nostalgia del ritual asociado a ellos que por argumentos técnicos.
Pero volviendo al terreno profesional, a los sistemas digitales, primero fueron consolas, grabadoras y otros aparatos, pero el gran salto fue marcado por la capacidad de crear dispositivos con posibilidad de grabación y edición de pistas de audio. Estos, en los primeros años, eran demasiado caros y con posibilidades muy limitadas. Después de un periodo de evolución se consolidaron marcas como: Digi Design -hoy conocida como Avid-, además de la firma alemana Steinberg. Estas nos brindaron posibilidades de grabación y edición de pistas digitales de audio que, para la época, resultaron ser un gran salto en la producción musical.
Pero para que estos sistemas tuvieran la popularidad que hoy ostentan, fue necesario el desarrollo de los procesadores informáticos, o en términos simples, computadores más potentes. Algunos de estos de uso doméstico se les podía colocar una tarjeta de sonido (una versión bastante primitiva de las actuales interfaces), de esta forma se podían escuchar tanto los sonidos de videojuegos de la época como además contenidos multimedia.
Actualmente para uso profesional y semi profesional estos sistemas son conocidos como DAW (Digital Audio Work Station). Estos están compuestos por un Anfitrión (host o computador), una Interface (dispositivo que convierte el audio analógico al dominio digital y a la inversa audio digital al analógico). Este dispositivo es el corazón de la estación y hay de variados precios desde los cientos a los miles de dólares dependiendo de la calidad del dispositivo. Algunas incorporan a su sistema lo que conocemos como DSP (Digital Signal Processor) lo que les da la posibilidad de liberar al procesador del anfitrión o computador para labores de trabajo en audio. También forman parte de este sistema los Periféricos, donde encontramos monitores audio, superficies de control, teclados, procesadores análogos y un largo etc. Finalmente debemos contar por supuesto con un software de edición digital, que se trata de unaaplicación que nos permitirá grabar, editar, mezclar, procesar y realizar muchísimas tareas.
En este último punto existen diversas marcas como Pro-Tools, Cubase, Nuendo, Reaper, Audacity, Adobe Audition, Sound Forge Audio pro, Studio One, FL Studio, Ableton Live, etc. Muchos de estos softwares son multiplataformas, es decir, funcionan en diferentes sistemas operativos (ya sea Windows, Mac OS, y también Linux). Debemos mencionar que algunos de estos softwares son gratuitos.
Dentro de este gran universo de software de edición digital hay algunos que son más utilizados por la industria teniendo más y mejores herramientas para determinadas tareas a realizar tales como: Producción musical, postproducción, masterización, registros de eventos en vivo y también para el estudio y modelación acústica.
Hoy, como profesionales del sonido, vivimos una era de digitalización enorme, que de los años 90 a la fecha ha sufrido un gran avance y debemos estar al día en todo momento, por el vertiginoso desarrollo de aplicaciones, protocolos y dispositivos.
Primero hay que considerar que un software de edición digital es una virtualización de un estudio de grabación análogo mediante una aplicación, donde podemos grabar múltiples pistas y editarlas. Donde podemos aplicar procesos diferenciados directamente en una porción específica de una pista de audio. Además, mediante un mezclador podemos nivelar las diferentes señales y ecualizarlas (cambiar su color para explicarlo en términos simples). Todo esto a través de herramientas nativas del mismo software u otras desarrolladas por terceros. Asimismo, intervenir o renviar una señal mediante envíos o buses internos y a través de múltiples puntos de inserción podemos aplicar procesos a una pista de audio, como también automatizar los niveles de señal o cualquier parámetro de un proceso, sincronizar audio con video para sonorizar contenido audiovisual, etc.
Mención aparte el gran desarrollo de procesadores en software o plugins de audio, donde podemos tener acceso a emulaciones de altísima calidad a bajo costo copiando el sonido que solo podíamos lograr con un procesador de miles de dólares. Además, está el desarrollo de los instrumentos virtuales, donde podemos tener desde una batería acústica con características de altísima producción o muy natural a una orquesta sinfónica.
Sin duda la digitalización del sonido marca un antes y un después en nuestro quehacer profesional, ya que nos abre un mundo de posibilidades. Como por ejemplo el poder trabajar completamente la postproducción de cualquier pieza audiovisual o mezclar una canción dentro del computador. Aunque es bueno señalar que los estudios de grabación de altísima gama ocupan sistemas híbridos de tecnología análoga y digital. Podríamos decir que fusionan lo mejor de los dos mundos
Otro aspecto importante en el avance de la digitalización son los protocolos de comunicación de audio digital. Nombres como S PDIF, ADAT, MADI, DANTE, AES67, ETHERSOUND, etc., nos permiten establecer una comunicación entre diferentes dispositivos; enviando y recibiendo muchísima información (desde 2 a 512 canales de audio) utilizando una sola conexión tipo BNC, óptica o de red, generando con ello un gran un ahorro en la cantidad de cables y una mejora en la calidad frente a las líneas analógicas. Esto lo podemos ver implementado en grandes festivales musicales, en estudios de postproducción para Dolby Atmos Cinema y otros.
A manera de cierre, la digitalización en el sonido o en el audio como es más correcto referirse nos ha permitido mejorar y optimizar nuestro flujo de trabajo en diferentes áreas del sonido. Entre ellas la producción musical, el refuerzo sonoro, la postproducción y también la acústica. No solo con la implementación de software y aplicaciones o poderosas estaciones de audio digital DAWs, sino con la gran cantidad de dispositivos desarrollados que están disponibles en la Industria: Consolas para usos en estudio o en vivo, grabadoras de sonido directo, multiefectos, procesadores, emuladores de amplificadores, sonómetros, etc., solo por nombrar a algunos.
0