¿Cómo mirar el año 2020? Los más obvio e intuitivo es asegurar que ha sido un año extremadamente difícil, complejo, emocional y laboralmente demandante. Sin duda esa mirada es correcta y, por ende, la historia se encargará de recordar a las futuras generaciones las consideraciones propias de este año 2020.
Por otra parte, podríamos mirar el año 2020 como un año de adaptación. Adaptarnos a nuevas formas de relaciones sociales, nuevas formas de trabajar y nuevas formas de comprar, entre otras, fueron parte transversal de lo que a todos nos ocurrió durante este año.
En una tercera mirada, podríamos mirar este año como un año de oportunidades. Durante el último tiempo se había conversado mucho sobre las trasformaciones digitales que viviría nuestra sociedad, las cuales si bien avanzaban de manera acelerada, no lograban penetrar a todos los segmentos de la población con la misma intensidad. La pandemia obligo a todos, sin distinción, a volcarse a adoptar nuevas tecnologías las cuales dieron cuenta de las tremendas oportunidades, eficiencias y mejoras que la vida “online” puede traer para nosotros en todo orden de cosas.
Justamente este último punto marcó el año en nuestra Institución, y en particular a la sede Valparaíso. Toda transformación no se sostiene meramente en sistemas o soportes, sino que lo fundamental es la capacidad de adaptación de las personas frente al cambio. Sin duda estos generan resistencias debido a las pérdidas asociadas a este; pero si logramos generar una visión compartida, mostrando cuáles son los beneficios futuros del cambio, el proceso logra disminuir la incertidumbre frente al cambio y se puede lograr comenzar a construir hacia un nuevo estado que tradicionalmente lo llamamos “evolución”.
Es precisamente ese proceso evolutivo lo que vivieron alumnos, docentes y administrativos. Si recordamos las primeras semanas remotas el cambio no fue fácil, la resistencia fue alta y la capacidad de adaptación fue compleja. Nadie quería esta nueva modalidad pero la realidad nos obligaba a avanzar de manera rápida.
De acuerdo con lo anterior, nuestra estrategia para enfrentar este año tuvo tres ámbitos de acción. El primero fue potenciar y reforzar el trabajo con nuestros docentes. Sabíamos que si lográbamos una buena penetración de competencias digitales en ellos íbamos a lograr una buena conexión con nuestros estudiantes lo que permitiría mejorar la práctica académica a distancia. En esta línea, el trabajo de la UAP y sus asesores fue fundamental. Rápidamente reestructuramos y potenciamos el área para poder aumentar los puntos de contacto con los docentes para acompañarlos, formarlos y entregarles herramientas para la formación a distancia. Este acompañamiento permitió levantar información cualitativa y cuantitativa que definieron el curso de acción enfatizando en la comunicación efectiva, desarrollando la cercanía con los estudiantes. Además, incorporamos estrategias metodológicas de alta utilidad para clases remotas.
El segundo ámbito fue la reestructuración administrativa de roles y servicios de cara a los estudiantes. Esto fue clave dado que debíamos buscar la mejor manera para poder llegar con “servicios 100% online”, donde no bastaba tener un correo de contacto. Debíamos mejorar los tiempos de respuesta y la información de cara a nuestros estudiantes para disminuir la incertidumbre que este cambio estaba generando. Este cambio permitió reorientar las tareas de distintos equipos para ponerlos a disposición de los múltiples canales de comunicación que establecimos con los estudiantes. Readecuamos el call center, establecimos contactos por WhatsApp, potenciamos el Instagram de la Sede, entre otros. Todo lo anterior permitió llegar con información oportuna, donde los tiempos de respuestas eran fundamentales.
Por último, trabajamos intensamente el sentido de comunidad. No podíamos dejar que el trabajo que veníamos haciendo con los distintos equipos se viera afectado por la distancia. Sabíamos que las condiciones de distanciamiento y cuarentena iban a requerir de una comunidad fuerte y unida que permitiera sostener a cada uno de sus miembros en estos tiempos difíciles y desconocidos.
Realizamos una agenda semanal de actividades para todos los colaboradores, docentes y sus familias donde, integrando las actividades centrales de bienestar, pudimos desarrollar actividades deportivas, culinarias, teatrales por medio de nuestro centro de extensión, además de fortalecer las reuniones de coordinación y de comunicación oportuna.
Estos ejes de acción permitieron no solo poder poner en marcha una Sede a distancia en un muy corto plazo, sino también lograr haber obtenido buenos resultados en dos indicadores de alta relevancia. El primero de ellos, la evaluación docente: la gran capacidad de adaptación, la voluntad y la firme convicción de nuestros docentes por la formación de nuestros estudiantes permitió lograr resultados excepcionales para este contexto. Comparativamente, en el 1er y 2do semestre logramos obtener la mejor evaluación histórica de este indicador para nuestra Sede.
También, en la encuesta de servicios, logramos mejoras respecto al mismo indicador del año pasado, aumentando más de 5 puntos en satisfacción global, y creciendo 2 puntos en NPS. Si bien el resultado refleja el gran trabajo de todos los equipos, sabemos que debemos seguir trabajando y mejorando año a año para mejorar la experiencia de nuestros estudiantes y que aún tenemos muchos desafíos por delante.
Dentro de este año 2020 y entendiendo que la vinculación con el medio siempre ha sido parte de nuestro ADN, seguimos trabajando y fortaleciendo nuestra vinculación con actores relevantes buscando siempre el beneficio de la comunidad que nos rodea por lo que fuimos parte de dos grandes actividades que se desarrollaron en nuestra Sede.
En una alianza junto a Walmart, la Municipalidad de Valparaíso y la sede de Valparaíso, nuestras carreras de Gastronomía realizaron la preparación de 8.000 raciones de alimentos en un plazo de dos meses, las que fueron en ayuda de distintos sectores de nuestra comuna para aportar con nuestro “granito de arena” a la dura realidad que muchas familias están enfrentando por la falta de empleo. Fueron 40 días de trabajo, más de 320 horas en la cocina para llegar a diferentes comedores. ¡Estamos orgullosos del trabajo de nuestros docentes y administrativos conectados el propósito de nuestra Institución!
Como parte de la alianza formada entre Duoc UC sede Valparaíso y el Ministerio de Salud por medio del Servicio de Salud Regional, se habilitó en nuestra Sede el Call Center de Trazabilidad, que busca reforzar la investigación epidemiológica, identificar focos de contagios y aumentar la trazabilidad de ese momento de un 48 a un 80 por ciento en casos COVID-19 de la Región de Valparaíso. Además, esta alianza permitió que una gran cantidad de ex alumnos de nuestra Sede estén trabajando en la trazabilidad de los casos COVID-19 de nuestra región, incrementando su empleabilidad y generando la experiencia y conocimientos al haber trabajado en la contención de la pandemia.
Podemos sacar lecciones y aprendizajes para el 2021. Considero que hay tres conceptos que debiésemos reflexionar. El primero de ellos es recuperar. Luego de este año debemos poner en valor muchas de las cosas que hacíamos para que, una vez pasada las restricciones sanitarias, las recuperemos con más fuerza y énfasis. Ha quedado claro que el gran valor de nuestro modelo educativo han sido nuestras actividades prácticas presenciales, donde nuestros estudiantes han podido ponerse al día y recuperar sus horas pendientes para lograr los aprendizajes de cada asignatura.
El segundo concepto es transformar. Aquí, debemos preguntarnos, de las cosas que antes realizábamos, ¿qué debemos transformar para poder mejorar nuestra práctica educativa y nuestra gestión institucional? Seguramente cada equipo ha logrado realizar de manera más eficiente diferentes procesos que anteriormente los hacíamos en “piloto automático”. El transformar nuestro quehacer nos permite mejorar en la experiencia hacia nuestros estudiantes como también desafiarnos profesionalmente frente a nuevos escenarios y nuevas soluciones.
Por último, evolucionar. Luego de todo lo que estamos viviendo, debemos ser capaces de evolucionar hacia un nuevo estado de la Educación Técnico Profesional. Las oportunidades de educación a distancia son muy variadas pero solo las podremos aprovechar si es que logramos evolucionar nuestra práctica académica y docente, con la certeza que la adquisición de competencias y los aprendizajes logrados por nuestros estudiantes son tanto o más significativos que los logrados de manera presencial. Es por esta razón que evolucionar es tremendamente complejo. Supone transitar por un camino desconocido y difícil del cual no necesariamente sabremos el resultado. Hoy solo sabemos que si no evolucionamos quedaremos fuera de las nuevas tendencias de educación y aprendizaje que el mundo espera de nosotros.
No sabemos cuándo ni cómo terminará esta pandemia, pero sí tenemos claro que debemos extremar nuestros esfuerzos por formar a nuestros estudiantes con todas y cada una de las herramientas que tengamos a nuestra disposición para ir mejorando día a día en el servicio que les entregamos. Lo más importante es que contamos con un equipo de administrativos y docentes comprometidos al máximo por sacar esta tarea adelante, cada uno desde su rol, cada uno aportando sus conocimientos y capacidades.
0