El mundo está enfrentando a juicio de numerosos investigadores y cientistas sociales los fenómenos típicos de un cambio de época con sus crisis y numerosas incertidumbres. Son tan diversas las novedades y las situaciones que se imaginan estos estudiosos para un futuro cercano, que a las personas y las instituciones hoy les cuesta mantener el timón del barco en zonas de tempestades.
En materia de salud se observa un envejecimiento creciente de la población en paralelo a una disminución de la natalidad; asimismo, un incremento de las expectativas de vida y un número creciente de enfermedades crónicas; el surgimiento de nuevos virus que se han vuelto amenazas concretas a la durabilidad natural de la vida y el impacto de la ciencia y la tecnología en las maneras de poder garantizar más buena salud y bienestar a la población.
En materia ciudadana observamos el impacto de la digitalización y de los nuevos instrumentos de comunicación en la forma de ser y los valores asimilados por las personas. Esa mayor conectividad en las redes sociales y la interacción con habitantes de cualquier parte del planeta implica una salida al mundo insospechada hace 30 años, y un cambio sustancial en la manera de conectarnos y en los temas que se conversan en las plataformas digitales. Hoy la inmediatez es abrumadora y con una cantidad de información circulando inimaginable, que cuesta discriminarla y analizarla con la rapidez que es necesario hacerlo. Es también una fuente de desigualdad ya que (en Chile) más del 40% de la población no cuenta con conexión a internet en sus hogares.
Las desigualdades sociales son un tema mundial y han aumentado como consecuencia de la Pandemia. Todo está en debate: la educación, los modelos económicos, nuestra relación con el medio ambiente, las relaciones sociales y las formas de convivencia y los valores que intentan universalizarse para una correspondencia entre distintas posiciones de las personas ante la vida y sus elecciones personales. Esto ha provocado el surgimiento de numerosos nichos políticos, económicos, religiosos, antropológicos; diversidad de conceptos y definiciones sobre el ser hombre, ser mujer, medio ambiente, libertad, el sentido y utilidad del Estado, el concepto de nación, de ciudad y ruralidad, sobre el lugar físico o virtual para aprender, etc.
A todo lo anterior, se suma que ha crecido el fenómeno migratorio y algunos países han visto sus fronteras llenarse de personas que buscan en los países elegidos las oportunidades que en sus naciones no tienen. Para el caso de Chile este hecho hoy es particularmente relevante porque dado su posición geográfica, nunca fue un destino que atrajera a miles de inmigrantes de manera masiva y en pocos años. Cuando recibió a extranjeros como a mediados del siglo XIX e inicios del XX siempre fue un fenómeno que no fue masivo y por tanto no provocó efectos que preocuparan. Hoy han aumentado los inmigrantes y esto implica que las instituciones de todo tipo, como también las educativas, verán aumentar como estudiantes y colaboradores a personas de otros países, que buscan aprender y aportar con su deseo de insertarse social y culturalmente.
En este escenario de gran complejidad, la ESTP tiene mucho que decir y de hacer. Cada uno de los fenómenos mencionados influyen en su quehacer educativo. Como un subsector relevante de la educación superior se prepara y trabaja para entender todos estos fenómenos y reflexiona sobre el cómo cooperar para que los colaboradores que trabajan y los estudiantes que forma estén preparados para ese mundo en construcción y hasta ahora tan inasible. Es un futuro que implica nuevas culturas, consumidores, competidores, tecnologías, cosmovisiones, etc. Son cambios de sensibilidades y valores culturales relevantes que han de ser consideradas en la educación que impartimos
Para nuestra identidad católica es un desafío antropológico que nunca antes en sus 53 años se experimentó. Debemos lograr aprendizajes en una diversidad cultural muy amplia, y lograr ciertos valores en nuestros estudiantes que sean afines a la identidad institucional para que luego avancen cada uno de ellos en su libre desarrollo y derrotero individual. Asimismo, pese a la acentuada complejidad, este mundo está hambriento de acceder a la verdad, por tanto, se convierte en un espacio motivante para anunciar a Jesucristo y así invitar con respeto y caridad a muchos jóvenes a que tengan el momento de encuentro con Dios, que detengan su mirada en ÉL y lo que suceda después será fruto de ese maravilloso instante.
El Plan de Desarrollo 2021-2025 se hace cargo de estos nuevos temas y fenómenos. Entiende y asume esta nueva realidad y en sus focos, estrategias e iniciativas busca preparar y fortalecer a Duoc UC para ese nuevo mundo en construcción. De hecho, se construyó escuchando a la comunidad para que cada uno aportara sus reflexiones; se estudiaron las situaciones de contexto nacional e internacional; se trabajó arduamente en fijar los focos y las estrategias y muchos aportaron iniciativas para conseguir que se formen personas para una sociedad mejor. Y cuando nos referimos a una sociedad mejor, lo que decimos es que nuestros colaboradores y titulados aporten toda su inteligencia y energía personal para lograr que sus espacios familiares y laborales sean los mejor que pueden ser, y en plena armonía con el futuro de una sociedad que está aún en construcción y que todos dibujamos en su contenido y forma.
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