Se dice que el siglo XXI es el siglo de las mujeres y nos sumamos al momento de valorar su talento y su aporte al desarrollo de la humanidad desde distintos ámbitos[1].
No siempre fue así, ya que la participación de las mujeres en el ámbito público y en el laboral ha sido creciente y se ha dado como una consecuencia de transformaciones pensadas y diseñadas para que esto ocurriera. Así las mujeres fueron accediendo a los distintos niveles de educación, incorporándose al mundo laboral, y en este último tiempo a sectores laborales no convencionales o al menos con muy baja participación femenina, por lo que los cambios culturales han de seguir ocurriendo.
En el caso de Duoc UC, desde su fundación encontramos mujeres participando activamente en la construcción de la identidad de nuestra institución. Un ejemplo lo encontramos en la Creación de la Unidad de Instrucción Comunitaria que en la década de los 70’ logró capacitar a más de 70.000 mujeres en técnicas de vestuario, belleza, artesanía, primeros auxilios, puericultura y monitoras deportivas, creando nuevas oportunidades laborales para ellas, en un momento de nuestra historia en que no era nada de obvio que las mujeres trabajaran más allá de sus hogares. Se adelantaron al presente en su concepción de una moderna capacitación de las mujeres y en el fomento de un papel activo de ellas en el país
Quienes participamos de esta transformación, hemos de seguir adaptándonos y poniendo los medios para que la evolución ocurra y se sostenga en el tiempo.
Ha transcurrido el tiempo y hoy “El 8M” es un día reconocido y conmemorado internacionalmente con el propósito y la ocasión de reivindicar el derecho de la mujer de participar de la vida pública y del trabajo en igualdad de oportunidades y condiciones que los hombres, y en generar los mecanismos para que esta participación mejore aún en aquellos ámbitos en que hoy por hoy, son más propiamente masculinos.
Y esta igualdad no es posible alcanzarla sin acceder a una educación de calidad, donde las mujeres se sientan acogidas y valoradas en su singularidad, donde se les estimule a perfeccionarse y a desarrollar la inquietud por participar e influir en las distintas disciplinas.
Mecánicas, ingenieras informáticas, agrícolas y electromecánicas, comunicadoras, deportistas, enfermeras y tantas otras exalumnas destacadas forman parte de nuestro extenso universo de titulados. Mencionar, solo a modo de ejemplo, a Cecilia Toro, productora del cortometraje “Bestia” que acaba de participar en los premios Oscar… Que orgullo se siente al verlas participando tan exitosas, talentosas y empoderadas.
Y cómo no recordar a mujeres notables que en distintas etapas del desarrollo de Duoc UC han puesto todo su talento pero, por sobre todo, la pasión y la convicción de ir más allá de lo conocido e imprimir un sello de calidad en la formación técnica inimaginable para el país y que con el tiempo constituyó un modelo y un estándar para la educación TP en el país. Y sí, muchas mujeres han formado parte de nuestra historia.
Como olvidar a Mónica Sievers y la fuerza con que promovió las actividades prácticas en la Escuela de Turismo. Era una visionaria y muchas veces incomprendida por nosotros, con su famoso cruce de frontera para los alumnos, prácticas internacionales para gastronomía, activista promotora del inglés como competencia fundamental y todavía me río al recordar su defensa para que los alumnos bucearan en el mar, a pesar de no ser el mar del caribe.
Desde las Escuelas fueron siempre mujeres las que rompieron con lo conocido. Eliana Escudero con los centros de simulación para la escuela de salud, hoy un estándar para la educación TP, pero toda una novedad para cuando, temprano en los años 2000, llegaron por primera vez los centros de simulación clínica, con los famosos fantomas que en ese momento eran muñecos bastante más “tiesos” de los que conocemos hoy, pero toda una novedad para el mundo de la salud.
Y Javiera Zúñiga llegó a la VRA junto con el sistema de acreditación para la educación TP, cuando no se conocía siquiera los contenidos de un informe de autoevaluación. Ahí llegó ella, más joven que todos nosotros, chica, de modales suaves, casi recién estrenada en el mundo laboral, “sin experiencia” según muchos, pero con un dominio del lenguaje perfecto, una lucidez, empuje y claridad con la que nos acompañó para ir modelando nuestros primeros pasos en el mundo de la acreditación, y nos acompañó hasta generar un cambio cultural profundo que nos acompaña hasta el día de hoy.
Y tantas docentes, directoras de carrera, subdirectoras, las tías del casino y las enfermeras, las bibliotecarias, tantas mujeres que han sido significativas en apoyar y animar a tantas y tantas alumnas, a través de todos estos años, que con gran esfuerzo van avanzando en sus carreras, con sus hijos y familias a cuesta, y accediendo al moderno mercado de empleo con ventajas comparativas, al saberse tan bien preparadas como sus compañeros de estudio.
[1] Columna publicada en el Boletín N°53 Observatorio Duoc UC.
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