En este siglo son numerosos los académicos dedicados al sector de la educación y científicos que han creado y desarrollan el avance de la inteligencia artificial, que se han preguntado cómo esta influirá en la formación educativa de la actual y próximas generaciones de estudiantes. En estas reflexiones es posible observar asombros, sorpresas, esperanzas, miedos e incapacidad de medir y calcular todos los efectos detectables y menos los no conocidos ni previstos de la IA.
Existe consenso en que la IA efectivamente puede hacer posible, por primera vez en la historia, que los docentes pueden crear programas de estudios totalmente personalizados para cada alumno o alumna en las aulas remotas, presenciales y blended, siempre y cuando esta se instale y se use bien, privilegiando el aprendizaje profundo y no solo el superficial. Significa que cada estudiante puede tener su propio profesor y tutor personal, tal como sucedió en los siglos pasados, pero cuyo beneficio solo podían adquirirlo las familias de alto poder económico para sus hijos e hijas. Pero, además, estará disponible las 24 horas y, en consecuencia, el estudiante definirá las horas en que aprenderá. Finalmente, la IA como apoyo del docente será capaz de identificar patrones de rendimiento del estudiante como ser individual, y esto redundará en una mejora ostensible del proceso de enseñanza y aprendizaje del aprendiz.
También el profesor contará con instrumentos de realidad virtual y aumentada y con la posibilidad cierta de explicar las materias con la pedagogía adecuada de acuerdo al estado de desarrollo del estudiante, usando la estrategia didáctica adecuada a la personalidad de cada uno de estos.
El profesor será liberado de variadas tareas habituales a su trabajo en el presente y el pasado. Si pensamos en las tareas administrativas que tanto tiempo quitan a los profesores, serán tareas olvidadas para la gestión humana directa, ya que estas estarán todas automatizadas como las programaciones de clases, la medición de la asistencia y la evaluación de tareas. En esta última, como lo es el evaluar aprendizajes, también la lA lo hará y de manera más precisa que la realizada por humanos. Por último, La IA ayudará a generar contenido educativo como ejercicios, ejemplos y materiales de estudio en función de los objetivos de aprendizaje definidos por el currículum.
Ciertas habilidades como el desarrollo del aprendizaje colaborativo, también se verá beneficiada al realizarse virtualmente entre muchos o pocos estudiantes. Los instrumentos que hoy poseemos ya lo permiten. Asimismo, también será posible perfeccionar habilidades blandas como la comunicación a través de simulaciones y escenarios interactivos.
En cuanto a los peligros de la IA en el ámbito educativo también existen consensos en algunas situaciones y hechos que pueden afectar a las personas y sociedades. La primera evidente es que se necesita que todas las personas, no importando su situación socioeconómica, pueda tener los instrumentos, el acceso a internet y la capacitación adecuada en alfabetización digital. De no producirse, la distancia entre los más pobres y más ricos será sideral, y los no alfabetizados no podrán participar activamente y serán meros seres pasivos y con escasos derechos para vivir dignamente.
Es evidente que se reducirán muchas posibilidades de empleos por el impacto de la automatización de las tareas repetitivas y el desarrollo creciente de la IA, entre otros avances tecnológicos. Asimismo, surgirán muchos nuevos empleos, pero estos exigirán alfabetización digital avanzada y el dominio de habilidades cognitivas de nivel superior.
También es probable que un uso excesivo de la IA pueda provocar que los estudiantes no desarrollen adecuadamente las habilidades del pensamiento razonado, que disminuyan la capacidad de escribir y sus reglas gramaticales y de redacción, que se pierda la creatividad para la expresión de ideas, con una exagerada dependencia de la IA como apoyo y, finalmente, ser meros utilizadores de medios tecnológicos mecánicos y sin capacidad alguna para comprender el cómo hace las cosas y los alcances de la IA.
Uno de los miedos más profundos es a perder la privacidad de cada uno de los estudiantes y docentes. Al analizar datos personales enormes y en la alimentación continua de estos a la IA, esta tendrá un conocimiento elevado de las personas, información a la que otros, personas o empresas, podrían acceder y por ello la necesidad urgente de legislar al respecto en todos los países.
También lo es la inminente disminución de la interacción presencial entre los estudiantes y entre estos y sus docentes con el efecto inmediato en sus aprendizajes y logros sociales y emocionales. Asimismo, con la IA disminuye el control humano de los procesos educativos de las personas, cuestión central dado que el homo sapiens ha sido educado siempre por otros de la misma especie, y nunca tan mediados como lo será en el futuro con las IA en plena expansión y control de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Los seres humanos aspiran siempre a ser más creativos, aunque muchos no lo logren, y los expertos nos advierten que el establecer a las IA como un soporte permanente de los procesos de enseñanza y aprendizaje, podría limitar la creatividad y originalidad tan propia hasta ahora para el género humano, ya que la IA se basa en patrones preexistentes y hasta ahora no ha creado nuevos y originales. Sin embargo, lo relevante no es lograr que la IA sea cada día más original, sino que el ser humano no pierda esa habilidad cognitiva de orden superior.
La IA y su desarrollo es un avance revolucionario que puede mejorar el bienestar de la humanidad. Pero es importante saber que es una herramienta y no un fin en si misma.
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