A veces me pasa que, mientras tomo once o camino apurado entre clases, me llegan mensajes de estudiantes que no alcancé a ver en la jornada: “Profe, ¿cómo se hacía el ejercicio del File 7C?” “¿Está bien escrito esto?” “¿Me puede corregir este audio antes de enviarlo?”
Muchas dudas quedaban en el aire: correos, tareas pendientes y la velocidad de la vida docente. A veces no alcanzaba a responder, y me quedaba con esa sensación incómoda de que podía haber hecho algo más. Fue desde esa inquietud ―la de buscar formas más sostenibles y creativas de estar presente, incluso cuando no podía― nació mi compañero invisible. No toma café ni corrige pruebas conmigo, pero ha sido una forma útil de seguir conectado con quienes, por horarios o contexto, necesiten apoyo fuera del aula.
Este compañero es un chatbot pedagógico. Lo he diseñado usando las herramientas de OpenAI. ¡Ojo! No soy programador ni ingeniero. Pero hoy, con IA generativa, cualquier docente con una visión clara puede programar su propio asistente educativo.
Todo partió de forma muy artesanal, en plena pandemia. Las clases eran por Zoom y los mensajes se acumulaban. Muchos estudiantes tenían preguntas simples que no se atrevían a hacer en vivo: algunos por vergüenza, otros porque trabajaban mientras estaban conectados. A veces solo podían escribir por el chat. Yo intentaba responder, pero no daba abasto. Ahí surgió la idea: ¿Y si tuvieran a alguien que pudiera responderles como yo lo haría, pero sin horario, sin presión, sin esperar turno?
Me imaginaba algo como un holograma de Star Wars, o como Jarvis de Iron Man. Una especie de “eco” de mi presencia, capaz de guiar, explicar y acompañar incluso cuando yo no estuviera conectado. En enero de 2024, cuando OpenAI lanzó su “GPT Store”, lo supe: había llegado el momento. Esa plataforma permitiría crear modelos conversacionales personalizados sin necesidad de programar. Sentí que ahora sí era posible responder a esa necesidad que venía sintiendo desde hace años: acompañar, incluso cuando ya no estaba presente el aula.
En marzo me puse manos a la obra. Diseñé un prototipo muy simple, con prompts que imitaban mi estilo docente: cercano, claro y empático. Lo probé conmigo mismo. Luego con colegas en la sala de profesores. Finalmente, lo compartí con algunos estudiantes. ¡Y funcionó! No era perfecto, pero era una voz, una guía y una forma de seguir presente. Con el tiempo, este primer intento evolucionó hasta convertirse en Chill English Bot 2.0, un tutor virtual bilingüe disponible en la store de OpenAI. Lo elaboré a pulso, con cada interacción pensada desde el respeto, desde el deseo genuino de acompañar a quienes estudian desde la adversidad.
Hoy, Chill English Bot no solo responde preguntas de gramática o vocabulario. También motiva, explica con paciencia, ajusta su nivel de dificultad y entrega feedback como yo: “Casi, ¡inténtalo de nuevo!”, “Para lograr el objetivo te sugiero que…” “Recuerda que los adverbios de frecuencia van antes del verbo.”
La primera vez que un estudiante me mostró una conversación con el bot, me dijo: “Profe, el bot no se aburre de mí como mi tía que sabe inglés. Le pregunté cinco veces lo mismo, y nunca me retó jajaja.” Ahí comprendí que había creado una herramienta con impacto real. ¡EUREKA!
¿Cómo crear mi propio chatbot educativo? Una guía práctica para docentes
Tras mi experiencia, quiero compartir con ustedes una guía clara y sencilla para crear un chatbot educativo sin necesidad de saber programar. El objetivo es permitir que más docentes puedan usar estas herramientas al servicio del aprendizaje.
1. Define tu propósito pedagógico
Antes de crear tu asistente con IA, detente un momento y formula la pregunta esencial: ¿Cuál es su propósito pedagógico? No partas desde la tecnología: parte desde lo que enseñas y cómo lo haces. Define primero la necesidad educativa que quieres abordar. Pregúntate:
- ¿Necesito reforzar contenidos clave que mis estudiantes aún no dominan?
- ¿Quiero ofrecer un acompañamiento más allá del aula, como un tutor virtual?
- ¿Busco generar práctica personalizada según el nivel y ritmo de cada estudiante?
- ¿Me interesa simular evaluaciones para preparar a mis estudiantes?
- ¿Quiero entregar retroalimentación clara, oportuna y motivadora?
Solo cuando tengas claro el “para qué”, podrás diseñar un asistente realmente útil.
La pedagogía guía; la tecnología acompaña. En base a esto, tu propósito definirá el tono, los recursos y las interacciones del bot. No existe un único tipo de asistente ideal, sino uno que esté alineado con tus objetivos pedagógicos y con las necesidades de tus estudiantes.
En mi caso, diseñé Chill English Bot para reforzar las habilidades de speaking y writing, entregando retroalimentación constante y empática.
¿Qué enfoque propones tú para potenciar el aprendizaje a través de la tecnología?
2. Ingresa a la plataforma de OpenAI
Visita chat.openai.com, accede a “Explorar GPTs” y haz clic en “Crear”. Necesitarás la suscripción ChatGPT Plus (USD 20 aprox.). La plataforma te guiará con preguntas como: “¿Cómo se llama tu bot?” o “¿Qué debe saber hacer?”
Para responder a todas estas interrogantes, recomiendo empezar redactando tu idea en un documento Word, donde puedas visualizar con claridad tu diseño pedagógico: el propósito, los objetivos, el tono, los contenidos clave y los tipos de interacción que esperas del bot. Así evitas improvisar y logras una construcción más coherente y significativa desde lo educativo.
3. Define el tono y comportamiento del bot
Debe coincidir con tu sello personal como docente, los registros y la forma en que se comunica: ¿formal, relajado, afectuoso, técnico? Por ejemplo, mi Chill English Bot tiene un tono cálido y motivador, con frases como “¡Buen intento!” o “Ganbatte!”, conectando con la cultura anime que muchos de mis estudiantes disfrutan.
Puedes usar prompts como:
- “Quiero que seas un tutor que use el humor”
- “Quiero que seas un bot con lenguaje cercano a Gen Z”
- “Responde como un gato con ejemplos felinos”
4. Agrega contenido pedagógico y estructura
Crea una secuencia basada en tu planificación. En mi caso, cargué contenidos desde American English File Starter a File 3. Usa prompts como:
- “Si el estudiante menciona File 2B del curso Inglés Básico 1, ofrece ejercicios de rutinas y presente simple.”
Puedes adjuntar tus propios materiales (PDFs, PPTs, guías). Eso permite al bot responder con tus contenidos reales al tener una base de datos local. Ejemplos por área:
- Mecánica: manuales, protocolos de seguridad, normas y reglas del taller.
- Salud: esquemas anatómicos, simulaciones clínicas, listados de materiales y glosarios.
- Administración: rúbricas de presentaciones, fundamentos contables, etc.
Importante: Desactiva la opción “búsqueda en la web” para evitar que el bot entregue respuestas desconectadas de tus contenidos al usar Internet.
5. Activa feedback y adaptabilidad
Tu bot debe formar, no solo responder. Usa prompts como:
- “Brinda feedback activo, constructivo y dosificado”
- “Consulta al estudiante en qué área necesita apoyo”
Esto permite dar segundas oportunidades sin frustrar o desmotivar. Por ejemplo: “¡Casi lo logras! Sigue así”, “¿Quieres una pista?” “¡Hagámoslo juntos!”.
6. Publica el bot y pruébalo
Tu bot tendrá un link público. Compártelo con tus estudiantes e indica cuándo usarlo:
- antes de pruebas
- ponerse al día después de inasistencias
- durante semanas de repaso.
¡Acompaña las primeras interacciones con una guía clara y recuérdales la intención inicial del tutor!
7. Evalúa y mejora
Revisa cada cierto tiempo las interacciones del bot, consulta a tus estudiantes ¿Qué preguntas hacen? ¿Cuándo lo usan?
Además, intenta ajustar el lenguaje, por ejemplo, en los contenidos que has dejado en los prompts. Respecto a los estudiantes, también puedes hacer encuestas para conocer su percepción y tener feedback continuo.
Para cerrar, queda reafirmar la idea, un chatbot no reemplaza al profesor. Pero puede ser su eco, su reflejo y su compañía extendida. En mi caso, Chill English Bot no solo ha respondido preguntas; ha calmado miedos, ha acompañado procesos solitarios, ha sembrado confianza en quienes sentían que aprender inglés no era para ellos. Y eso se refleja en grandes frutos para mi desempeño como docente. Todo esto al final del día, apoya lo que al final de la jornada sigue siendo nuestro mayor propósito: que cada estudiante se sienta capaz, acompañado y con oportunidades reales de aprender. Anímate a usar estas herramientas, no serán la panacea, pero sí un gran aliado: mi amigo Gepeté.
Antes de terminar, quiero contarles que estoy explorando Canva para crear juegos interactivos educativos ¡sin programar nada! He logrado diseñar desde trivias tipo Kahoot hasta animaciones 3D para enseñar vocabulario. Es una revolución para quienes queremos innovar desde lo pedagógico, no desde el código. Combinar estos recursos con el bot ha hecho el aprendizaje más libre, divertido y accesible. Y si a alguien le interesa saber más, feliz de compartir cómo lo hago.
Italo Cornejo
Tremenda columna! Felicidades, máster!
Paula Andrea Morales Tarraza
Excelente columna. Muy agradecida por las recomendaciones¡¡¡¡
Romina Jofrpe
Muchas gracias por compartir tu experiencia con estas herramientas. Se nota la motivación. Son muy buenas ideas para desarrollar y que se pueden repetir tanto en otras asignaturas, como también para el área administrativa.