Imagina despertar y encontrarte con 70 mensajes de WhatsApp esperando ser leídos, 5 correos personales y 3 correos institucionales requiriendo respuesta, 25 notificaciones de redes sociales, mientras 100 historias de Instagram y 200 videos de TikTok compiten por tus próximos segundos de atención. Este no es un escenario hipotético, es la realidad digital que nuestros estudiantes navegan cada mañana antes de siquiera comenzar sus actividades académicas.
En este contexto de creciente saturación digital, las instituciones educativas enfrentamos un desafío cada vez más complejo. Como formadores, tenemos la responsabilidad de asegurar que nuestro rol educativo y orientador se mantenga efectivo en medio de este océano de información. El desafío no solo radica en transmitir conocimientos, sino en asegurar que la información vital para el desarrollo académico y profesional de nuestros estudiantes sea accesible, comprensible y, sobre todo, confiable.
Este escenario nos invita a explorar nuevas formas de comunicación efectiva, donde la tecnología que ha contribuido a esta saturación informativa también pueda ofrecernos soluciones innovadoras. En este contexto, los chatbots surgen como una alternativa prometedora. Su capacidad para ofrecer respuestas inmediatas y personalizadas los convierte en herramientas atractivas para mejorar la experiencia de los estudiantes y reducir la carga de trabajo de los equipos administrativos. Sin embargo, esta promesa no está exenta de riesgos. Los chatbots, aunque eficaces en su operatividad, asumen un rol crítico como intermediarios entre la institución y sus estudiantes. Este rol implica transmitir información con precisión, credibilidad y alineación con los valores institucionales.
Aquí radica el principal riesgo: si los chatbots generan respuestas imprecisas, inventadas o descontextualizadas, su impacto es doblemente negativo. Por un lado, desinforman a los estudiantes; por otro, deterioran la confianza en la institución. Este riesgo se intensifica debido a la naturaleza convincente de las respuestas generadas por estas herramientas, que puede transformar errores menores en problemas significativos que afectan tanto la experiencia del usuario como la reputación institucional.
Desde la Dirección de Estudios y Progresión Estudiantil, entendemos que no basta con implementar tecnología por su novedad o potencial. Nuestra prioridad es garantizar que cualquier herramienta responda a las necesidades reales de nuestros estudiantes y de la institución. En el caso de los chatbots, esto implica asegurar que las respuestas entregadas sean certeras, pertinentes y validadas previamente. Solo bajo estos estándares podemos considerar a estas herramientas como una extensión efectiva y confiable de nuestra comunicación.
El desarrollo del Aplicativo RAG para Reglamentos Institucionales: hacia un mínimo viable funcional
Desde la Dirección de Estudios y Progresión Estudiantil (DEPE), identificamos una necesidad crítica relacionada con el acceso y comprensión de la información fundamental para nuestros estudiantes. Esta iniciativa se vincula con un esfuerzo institucional: mejorar el acceso a datos relevantes para la comunidad estudiantil. En este contexto, nos propusimos facilitar la consulta de los Reglamentos Institucionales y los instructivos de Prácticas Laborales y Profesionales, documentos esenciales para guiar a los estudiantes en su trayectoria académica y profesional, pero que a menudo presentan barreras de acceso debido a su extensión, lenguaje técnico o dispersión en diversas plataformas.
Para abordar esta problemática, desarrollamos una Prueba de Concepto (POC) basada en la metodología RAG (Retrieve-Augment-Generate), implementando un chatbot avanzado que va más allá de las funcionalidades tradicionales de estas herramientas. Esta metodología utiliza la inteligencia artificial generativa para responder preguntas, combinándola con modelos avanzados de procesamiento de lenguaje natural (NLP) que permiten asociar cada consulta ingresada a este chat con fragmentos relevantes de información contenida en múltiples documentos oficiales. Estos documentos pueden encontrarse en formatos variados, como PDF, bases de datos, imágenes escaneadas, archivos Word o presentaciones PowerPoint, entre otros.
El proceso funciona en tres etapas principales:
- Recuperar (Retrieve): El sistema localiza y selecciona fragmentos específicos de información dentro de los documentos oficiales, asegurándose de que estén directamente relacionados con la pregunta planteada.
- Ampliar (Augment): Estos fragmentos se procesan para añadir contexto y preparar una base sólida que el sistema utilizará para elaborar la respuesta.
- Generar (Generate): Usando la información recuperada y validada, el modelo de inteligencia artificial generativa construye una respuesta clara y comprensible.
Este enfoque busca mejorar la calidad y confiabilidad de las respuestas al basarlas en fragmentos específicos de documentos oficiales. Si bien no elimina completamente el riesgo de inexactitudes, la metodología está diseñada para reducir la generación de información no respaldada y proporcionar respuestas más útiles para los estudiantes.
El desarrollo priorizó la creación de un mínimo viable funcional una versión inicial que incluye las características esenciales necesarias para su operación básica. Este primer paso fue diseñado para demostrar el potencial de la metodología y para iniciar un esfuerzo estratégico que transforme la manera en que los estudiantes acceden y utilizan la información institucional. Este enfoque refleja nuestro compromiso con un modelo de desarrollo y mejora continua, reconociendo que el aplicativo aún tiene margen de optimización, pero ya representa una base sólida sobre la cual construir mejoras futuras.
Resultados y aprendizajes: Mucho espacio por mejorar, pero definitivamente el camino a seguir
La evaluación exhaustiva del desarrollo inicial de nuestro aplicativo, basada en una muestra de 437 preguntas, arrojó resultados prometedores, aunque también destacó áreas clave para mejorar. Los principales indicadores evaluados fueron Fiabilidad y Correspondencia, cuyos valores promedios alcanzaron 0.724 y 0.74 respectivamente, en una escala de 0 a 1.
- Fiabilidad (0.724): Este indicador mide la relación entre las respuestas generadas por el chatbot y los documentos validados utilizados como base. Por ejemplo, si se consulta sobre el Artículo 35 del Reglamento Académico y la respuesta no está relacionada con dicho artículo, la fiabilidad sería 0. En cambio, si la respuesta utiliza correctamente el contenido del artículo como fundamento, la fiabilidad sería 1.
- Correspondencia (0.74): Evalúa la relevancia de la respuesta del chatbot en relación con la pregunta planteada por el usuario. Por ejemplo, si un estudiante consulta sobre cómo suspender una asignatura y el chatbot responde con información sobre requisitos de aprobación de asignaturas, el valor de correspondencia sería 0. Si, por el contrario, la respuesta está directamente relacionada con la pregunta (Suspensión), el valor sería 1.
Ambos indicadores destacan un desempeño adecuado, pero aún con margen para alcanzar la excelencia en precisión y pertinencia, que nos garantice la seguridad para abrir este proyecto a los estudiantes de la institución.
Otro de los aspectos más relevantes de mejora fue el tiempo de respuesta, el cual alcanza un promedio de 163 segundos (aproximadamente 2 minutos y 43 segundos). Si bien esto representa un avance significativo frente a la búsqueda manual en documentos extensos, reconocemos la importancia de optimizar estos tiempos. En un contexto donde los estudiantes están acostumbrados a respuestas casi instantáneas en sus interacciones digitales, reducir el tiempo de espera se convierte en una prioridad para asegurar que el aplicativo sea una alternativa verdaderamente atractiva y práctica.
El potencial transformador de la metodología RAG
Si bien esta primera propuesta se centró en reglamentos académicos y de prácticas, las posibilidades de esta tecnología van mucho más allá. La metodología RAG ofrece un enfoque adaptable y escalable que puede aplicarse a diversas áreas dentro de la institución. Al garantizar la seguridad, fiabilidad y accesibilidad de la información, se sientan las bases para una comunicación más efectiva, colaborativa y transversal.
Entre las aplicaciones futuras, se visualizan los siguientes ámbitos:
- Apoyo a estudiantes: el Aplicativo RAG podría convertirse en un asistente educativo avanzado, ayudando a los estudiantes a resolver dudas complejas de manera autónoma, si se configura el sistema para interactuar con materiales académicos como libros, artículos y guías del syllabus.
- Herramientas para docentes: adaptando el modelo para fines instructivos, los docentes podrían generar actividades, juegos de rol, ejercicios o incluso preguntas de evaluación personalizadas, optimizando su tiempo y fomentando la creatividad en la enseñanza.
- Optimización administrativa: integrando el sistema con bases de datos institucionales como SharePoint o carpetas locales, se podría centralizar la información dispersa, mejorando la toma de decisiones y la transparencia organizativa. Esta integración también fortalecería la comunicación entre áreas al ofrecer un canal validado y confiable para compartir conocimientos y avances de los múltiples proyectos tratados año tras año en la institución.
Conclusión: Un futuro conectado y colaborativo
El desarrollo del Aplicativo RAG representa mucho más que una solución técnica; es un paso hacia la consecución de uno de los objetivos fundamentales institucionales: mejorar el acceso a información relevante para la comunidad estudiantil. Los resultados obtenidos en esta primera fase, con índices de fiabilidad y correspondencia superiores a 0.7, demuestran que estamos en el camino correcto para transformar la manera en que los estudiantes interactúan con la información institucional crítica, aunque reconocemos que aún queda un significativo trayecto de desarrollo y perfeccionamiento por recorrer.
En una era donde la información es tanto una ventaja como un desafío, sistemas como el Aplicativo RAG no solo podrían mejorar la experiencia de los estudiantes y el personal, sino que también sientan un precedente para la evolución de las instituciones hacia modelos más conectados, seguros y eficientes. Abrimos así la puerta para que otras áreas y direcciones exploren aplicaciones de esta metodología, fomentando un ecosistema educativo más inclusivo y orientado al futuro.
La coherencia entre este proyecto y los objetivos estratégicos institucionales reafirma nuestro compromiso con la innovación al servicio de la formación integral, aprovechando la tecnología no como un fin en sí mismo, sino como un medio para fortalecer los vínculos de comunicación y aprendizaje en nuestra comunidad educativa. Es fundamental seguir avanzando con determinación por este camino que nos abren las nuevas tecnologías, siempre con la prudencia y el rigor necesarios para garantizar que su implementación responda a las necesidades reales de nuestra comunidad educativa y se alinee con nuestros valores institucionales.
Queremos escuchar tus ideas para seguir construyendo juntos. Comparte tus propuestas en los comentarios o envíalas directamente a egonzaleza@duoc.cl.
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