Orientaciones de la OIT en relación a los formadores de docentes en EFTP

Orientaciones de la OIT en relación a los formadores de docentes en EFTP

Las tareas que desempeñan los formadores de docentes en la intención de provocar cambios en las prácticas pedagógicas de los profesores suponen una serie de características necesarias de poseer al momento de ocupar este rol.

De las tantas capacidades que debe poseer, vale destacar, la práctica reflexiva en el oficio de enseñar, además, el buen conocimiento de los contenidos a enseñar y de su didáctica, de la profesión y de sí mismo (Pavié, 2011, pág. 68).

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las orientaciones en estas materias apuntan a una participación activa de los formadores y docentes frente a la comunidad y al acercamiento con las empresas locales. En el documento “Los docentes y formadores del futuro. La educación y la formación técnica y profesional en un mundo en mutación” las nuevas medidas necesarias para que los docentes y los formadores de EFTP (Educación y Formación Técnica y Profesional) trabajen en relación más estrecha con los beneficiarios de sus servicios apuntan hacia (OIT, 2010, pág. 19):

-       Permitir a las escuelas en el nivel local tender puentes recíprocamente beneficiosos con las empresas y comunidades;

-       Dejar que los docentes y formadores tomen la iniciativa respecto del establecimiento de alianzas en el marco local en materia de educación, formación y empleo, así como redes de EFTP, incluida la colocación de docentes en la industria y los servicios locales, tanto de carácter público como privado, y

-       Combinar la autonomía de las escuelas y de los docentes con una mayor responsabilidad ante los interesados, entre ellos los estudiantes y los padres.

Es clave que los docentes y formadores que se desempeñan en la formación técnico profesional estén preparados para enfrentar estos nuevos desafíos y que las reformas consideren la experiencia de estos actores como esenciales para el éxito en el cambio de las prácticas.

Agrega el documento de la OIT que es importante recordar que los docentes son los que saben “qué será lo mejor para satisfacer las necesidades en materia de competencias específicas de los estudiantes en relación con los perfiles ocupacionales en sus propios establecimientos de EFTP, en el entorno escolar y en las relaciones vitales con los empleadores y sindicatos, los padres, y las autoridades escolares y ayuntamientos locales” (OIT, 2010, pág. 21).

Estas nuevas formas de enseñar y aprender desafían a la profesión docente demandando una actualización permanente.

La formación continua debe tomar como punto de partida el propio ejercicio docente para reflexionar en torno a los nuevos paradigmas, para actualizarse y para desarrollar capacidades que promuevan una relación educativa más provechosa con los estudiantes.

Por “buenos” docentes y formadores puede entenderse aquellos que satisfacen un determinado número de criterios profesionales (ILO, 2000: 24-25; Nielsen, 2007:58), tangibles o inmateriales, entre ellos (OIT, 2010, pág. 22):

  • Amplio conocimiento de una o más asignaturas o ámbitos de aprendizaje;
  • Gran capacidad para servirse de la tecnología de la información y la comunicación y de los procesos tecnológicos;
  • Comprensión de las realidades económicas y sociales en términos generales y aptitud para compartirla con los estudiantes;
  • Aptitud para desarrollar las capacidades genéricas de aprendizaje de los estudiantes, a través de la enseñanza y la organización de los procesos de aprendizaje;
  • Aptitud para trabajar en la colaboración en el seno de un equipo;
  • Capacidad para investigar, reflexionar e introducir cambios en la práctica docente, según sea necesario (el docente como educando);
  • Aptitud para comunicarse y establecer relaciones de empatía con los estudiantes;
  • Capacidad para innovar y difundir la innovación en el aprendizaje.

Con todo lo anterior, hay que pensar que al rápido ritmo que funcionamos hoy en día, se requiere de una preparación constante que permita estar al tanto de lo que ocurre en materias educativas, tanto a nivel local como global. Se hace fundamental que sean las formaciones profesionales las instancias de integración de estas nuevas competencias y las posibilitadoras de la mejora de las prácticas de aula.

Que las formaciones permitan el trabajo colaborativo, el traspaso de experiencias, el reconocimiento entre pares o de las experiencias vividas, todo esto, sin duda, ayuda a una mayor aceptación a la innovación.

Que los formadores de profesores adquieran competencias que les permitan generar instancias de aprendizajes acordes a la realidad de cada enseñante, que creen instancias contextualizadas y apropiadas a las escuelas considerando el trabajo con los docentes cuyas identidades profesionales son diversas.

Para la OIT todos estos cambios son fundamentales para alcanzar una EFTP eficaz. 

Paz González R. (Observatorio Duoc UC)

 

Organización Internacional del trabajo (OIT), "Los docentes y formadores del futuro -Las Educación y la formación técnica y profesional en un mundo en mutación". Informe para el debate en el Foro de diálogo mundial sobre la educación y la formarción profesional (29-30 de septiembre de 2010), Ginebra, 2010. 

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