La educación superior (ES) permite el crecimiento personal, profesional e integral de nuestra juventud. En las últimas décadas el país ha tenido un crecimiento muy significativo en el número de jóvenes que optan tanto por la educación técnico-profesional (ETP) como por la universitaria. El acceso a la ES, en particular de los estudiantes de los percentiles de menores ingresos, se ha multiplicado de manera significativa, aunque persiste una brecha respecto de los estudiantes de mayores ingresos. Existe consenso en que la ES constituye una palanca de crecimiento muy importante, tanto para las familias, como para el país y ella se ha promovido a través del financiamiento estudiantil, por la vía de créditos y becas.