Clases sincrónicas y asincrónicas, aprendizajes inmersivos mediante realidad virtual o aumentada y campus inteligentes, son solo algunos de los conceptos que hace pocos años desconocíamos y que hoy, como consecuencia de lo que hemos vivido en el último tiempo, tenemos cada vez más arraigados en educación[1].
Más allá del detalle de lo que significa cada uno de estos términos, lo importante es reconocer que todos ellos se refieren a nuevas tecnologías que están al servicio del proceso de aprendizaje de los estudiantes del presente siglo, y que permiten aplicar novedosas estrategias para llevar a cabo las clases de manera más acorde al contexto actual en el que vivimos cambios constantes, en el que las relaciones humanas no solo se dan de manera presencial y en el que las comunicaciones son cada vez más inmediatas.