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La necesidad de un Marco Nacional de Cualificaciones para Chile
Es indispensable que hoy el Mineduc se preocupe de diseñar marcos de referencias para estructurar, articular y clasificar las cualificaciones vinculadas con la articulación de la educación básica, media y la formación técnica, profesional y universitaria. Ayudaría mucho para lograr sistematización, sinergias entre los niveles educativos y sería una profunda ayuda para que el instrumento colabore en la mejor formación de los ciudadanos y aumente la competitividad del país.
Esto implicaría hacerse cargo de la educación para la vida en toda su extensión. Asimismo, se lograría potenciar el reconocimiento y certificación de las competencias laborales que ya ha comenzado a trabajar y que hoy aplica ChileValora.
Significa además hacerse cargo de la recomendación 195 de la OIT, que promueve e incentiva la generación de los marcos de cualificaciones: “Desarrollar un Marco Nacional de Cualificaciones que facilite el aprendizaje permanente, ayuda a las empresas y las agencias de colocación a conciliar la demanda con la oferta de formación y trayectoria profesional, y facilite el reconocimiento de la formación, las aptitudes profesionales, las competencias y la experiencia previamente adquiridas”. Se trata del aprendizaje permanente para desarrollar competencias y cualificaciones, siendo estas últimas una expresión formal de las reales habilidades profesionales del empleado, y que son y serán reconocidas nacional e internacionalmente. De tal modo que si tenemos claras y medibles las competencias y cualificaciones, podemos avanzar racionalmente hacia un mejor desarrollo de nuestro recurso humano, es decir, a que éste sea medible y observable.
Si tenemos explícito el Marco de Cualificaciones, no duplicaremos esfuerzos sin resultados razonablemente predecibles. Cada nivel tendrá claro cuáles son las competencias que estarían obligados a lograr como aprendizajes. Se podría formar de manera más sistemática y consistente hacia la empleabilidad y la ciudadanía, que son dimensiones de alta importancia para la vida humana del siglo XXI.
Para todas las instituciones educativas, privadas o públicas y gobiernos, debería ser una prioridad absoluta garantizar la calidad de la educación que imparten, y que les corresponde velar para que todo ciudadano pueda aprender las competencias básicas, genéricas y duras para insertarse en el mundo político, económico, social y cultural. Nos referimos a generar armonía perfecta entre las calificaciones, el empleo, el desarrollo, la productividad y el trabajo digno.
Cuando creamos un Marco de Cualificaciones lo que hacemos es fijar un instrumento con equivalencias y estándares para facilitar el reconocimiento de aprendizajes a lo largo de la vida. Se obtiene así una visión unificada de toda la educación que se imparte en un país. Por esto Ron Tuck nos decía el 2007 que la cualificación era “un conjunto coherente de estándares, unidades o módulos que se perciben como dignos de reconocimiento formal por medio de un certificado. Se crean unidades de competencia normalizada, que se expresan en la eficacia del aprendizaje, evaluado por el desempeño real”. Tema que es esencial para poder medir de manera transversal la eficacia educativa del sistema en su conjunto.
Si logramos tener un Marco Nacional de Cualificaciones, (insistencia reiterada de la OCDE, UNESCO, OIT, BANCO MUNDIAL, OEA) entonces podremos facilitar el acceso, la progresión y la movilidad de la educación en general; veremos la evolución de la formación profesional y del derrotero seguido por cada uno de los ciudadanos, y nos permitiría aumentar la calidad y la equidad de oportunidades para todos.
Instalar en Chile un Marco Nacional de Cualificaciones implica establecer fases distintas y todas ellas esenciales para su éxito. La primera de diseño y desarrollo nos incentiva a fijar los fundamentos, la estructura e involucrar a todas las partes interesadas: gobierno, empresas, instituciones educativas, profesores, estudiantes, trabajadores. Su adopción debe ser clara, y esta ha tenido diversas maneras de expresarse según los diversos países en los cuales se ha aprobado ya sea por ley, decreto, decisión reglamentaria, etc. Por último, es importante que todos los procesos de creación e implantación sean transparentes e informados de las ventajas que poseen y con la aceptación más amplia posible.
Actualmente existen ciertas condiciones favorables para la creación de un MNC: Instalación del Sistema Nacional de Acreditación; instalación y desarrollo del Sistema de Información de la Educación Superior (SIES); rediseños curriculares orientados al desarrollo de competencias; instalación del Sistema de Crédito Transferible. Además, poseemos mucha experiencia internacional la cual puede ser consultada y aprovechada tanto en sus fortalezas como también en sus debilidades teóricas y de gestión de la implementación del cambio. Por último, tenemos muchas instituciones de educación en Chile que están dispuestas a apoyar la creación, diseño y materialización de esta reforma cualitativa.
EQUIPO EDITORIAL DEL OBSERVATORIO Duoc UC
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