Docentes y formación continua

Docentes y formación continua

Algunas interrogantes previas…

¿Qué nuevas características y condiciones debemos tener como docentes en el contexto actual?

¿Qué debiéramos reformular en nuestra labor?

En el encuentro diario con nuestros estudiantes nos vemos enfrentados a los diversos cambios sociales y culturales que se producen de manera sucesiva, este contexto es el que impulsa a considerar la formación continua y capacitación como un aspecto relevante para la labor docente.

Entre los pilares fundamentales de dicho cambio se encuentra la llamada “renovación metodológica” (Fernández March, 2006), la cual indica que las modificaciones deben producirse en el aula, específicamente en los procesos de actualización de nuestras prácticas pedagógicas.

Lo anterior, puede ejemplificarse a través de la siguiente cita:

“Durante mucho tiempo los pedagogos nos dedicamos a decir: ‘la realidad tiene que entrar al aula’. Resulta que hoy la realidad no pide permiso para entrar al aula. La realidad entra de los modos más variados e indiscriminados y, a veces, nos trae interrogantes muy fuertes sobre los cuales es importante que intentemos pensar y formularnos las preguntas, y también encontrar alternativas de respuestas”. (Birgin, 2006:26)

Es esta realidad vertiginosa y cambiante la que nos permite a reconocer nuestra formación inicial como la base principal de nuestro desempeño en la clase. Sin embargo, esta formación debe acompañarse por un proceso de aprendizaje continuo que nos permita configurarnos como un agente formador y transformador de nuestros estudiantes.

De acuerdo a los planteamientos de Fernández March (2006) el modelo educativo al cual nos dirigimos exige el desarrollo de un perfil docente que implica un proceso de profesionalización. En este sentido, ser un “docente profesional”, no solo significa “saber más”, sino poner en evidencia autónomamente un conjunto de saberes que tiendan a la resolución de las situaciones que emergen en las aulas. Profesionales son los docentes que logran que sus estudiantes aprendan, que establezcan vínculos fecundos, que trabajen en equipo, que sean un aporte en sus lugares de trabajo, que puedan enriquecer y potenciar sus competencias laborales.

Finalmente, el docente de hoy debe asumir grandes tareas en el terreno metodológico, asumiendo un rol que implica facilitar, guiar, motivar y ayudar a los estudiantes en sus procesos de aprendizaje. Esta tarea posee una real importancia en el proceso formativo del docente, pues a través de las instancias de capacitación podremos responder de manera óptima a este gran desafío que ya está instalado en las aulas.

Soledad León León

Profesora de Lenguaje y Comunicación

Asesora UAP/Sede Viña del Mar Duoc UC

Su voto: Ninguno Media: 4.8 (6 votos)

Comentarios

Estimada Soledad.

Me dio mucho gusto leer tu reflexión haciendo alusión a los cambios socioculturales que vivimos y cómo estos demandan esfuerzos por una formación continua, especialmente en el ámbito metodológico.

He seguido de cerca en los últimos años el fenómeno de las transformaciones sociales y comparto tu apreciación respecto de que la realidad que entra al aula hoy se caracteriza por la velocidad de las transformaciones (“realidad vertiginosa” la llamas) y me permito agregar la imprevisibilidad del rumbo que tomarán los cambios.

Algunos pensadores (Robinson, Bauman) comentan que es difícil predecir el futuro más allá de 6 o 7 años, incluso han acuñado el concepto “presente líquido”. Cuando pienso en los alumnos confirmo que esto les hace difícil hoy conformar un relato, una omnicomprensión de sí mismos y del mundo que oriente sus vidas. Escasean los ingredientes con los que pueden construir una imagen de futuro que los oriente: expectativas, utopías, sentido crítico (Güell). Por ello creo que la labor docente, además de formar para el desarrollo de competencias, colabora (o debiera) favorecer un proyecto de vida en los muchachos, impactando así de manera global en su persona, más allá del ámbito laboral.

Me quedo con esta valiosa afirmación tuya sobre el talante del docente que necesitamos hoy: “Docentes que logran que sus estudiantes aprendan, que establezcan vínculos fecundos, que trabajen en equipo, que sean un aporte en sus lugares de trabajo, que puedan enriquecer y potenciar sus competencias laborales”.

Gracias,

Marcelo

Muchas gracias Marcelo por tu comentario y por compartir lo planteado.
Saludos cordiales